El Último Llamado/ Diego Donaldo Chávez Palmerín
Democracia: Sistema politico en el cual la soberania reside en el pueblo, que la ejerce directamente o por medio de representantes. R.A.E.Violencia electoral: Estrategia usada por actores Gubernamentales y privados para influir en el curso el resultado de un concurso electoral. Sarah Birch, Ursula Daxecker y Kristine Höglund, “Electoral violence: an introduction”, Journal of Peace Research.
¿Cómo podemos hablar de fortalecer la democracia? ¿Cómo podemos encontrar autoridades con legitimidad respaldada por una amplia participación ciudadana? ¿Cómo puede la ciudadanía participar libremente en este proceso?
Los discursos de quienes acceden a la Presidencia de la República o a las Gubernaturas a menudo se centran en combatir la inseguridad y fortalecer el sistema libre y democrático en el que vivimos. Sin embargo, estas promesas suelen quedarse en palabras, ya que rara vez se presentan estrategias concretas para lograr estos objetivos.
A cinco años del sexenio de López Obrador, se ha documentado que este ha sido el mandato con mayor número de homicidios en toda la historia de México, con un promedio diario de 94. A pesar de las más de mil reuniones de seguridad a las 6 am y los llamados a la paz, los resultados parecen ser insuficientes.
En años electorales, como se dice popularmente, “ni las manos meten”. Según el primer reporte de violencia política de Integralia Consultores, las víctimas de violencia político-electoral fueron 171 en 2018, mientras que en 2021 ascendieron a 178, en 2022 a 486, en 2023 a 574 y en el primer mes de 2024 se tiene un registro de 30 víctimas. Del año 2018 a 2023, la violencia político-electoral (desaparición forzada, atentado, amenaza, secuestro, ataque armado, asesinato) se incrementó en un 253.7%.
Estos números están en aumento y los partidos de oposición son conscientes de ello. En 2021, entregaron un informe a la OEA y a la CIDH donde documentaban la intromisión de grupos de facto en diferentes entidades del país. De igual manera, la sociedad lo ha señalado. Según la Encuesta Nacional de la Calidad de la Democracia en México (ENCADE), el 57% de la población piensa que el crimen puede influir en las elecciones.
Todos estos datos son medibles, documentados y comprobables. Sin embargo, en los discursos de quienes gobiernan, todo parece estar bien y en las acciones, todos parecemos abrazar mejor. Pero, ¿es esto suficiente para fortalecer nuestra democracia y garantizar la seguridad de nuestra ciudadanía?
