Elecciones del domingo, prueba de fuego para el oficialismo y la oposición.

La Opción/ Jorge Vílchez 

Hoy los ojos de México podrían estar puestos en el Estado de México y Coahuila, entidades en las que el próximo domingo se celebrarán las dos únicas elecciones gubernamentales del 2023.

La atención se centra con mayor intensidad en el Estado de México, en donde se enfrentan dos proyectos opuestos, uno encarnado por el oficialismo -Morena, PT y PVEM- y el otro conformado por la alianza Va por México -PRI, PAN y PD-.

El Partido Movimiento Ciudadano, como también lo decidió en el estado de Coahuila, optó por no participar en la contienda electoral mexiquense, aunque en los últimos días ha alentado el voto en contra del PRI en el Estado de México, y por ello es que ya se le está denominando esquirol de Morena.

En la entidad con un elevadísimo padrón electoral -un poco más de 12 millones de votantes-, como lo es el Estado de México, se enfrentan dos mujeres: Delfina Gómez y Alejandra del Moral; la primera, candidata por segunda ocasión del morenismo, y la segunda, abanderada de la coalición opositora.

La contienda en esta entidad cobra mayor relevancia precisamente porque ambos proyectos políticos estarían demostrando la verdadera realidad de su fuerza electoral en un territorio en donde jamás ha existido la alternancia política. Más aún, la alianza opositora querrá mostrarse competitiva en la víspera de la elección presidencial del 2024.

En Coahuila, si bien es cierto que la alianza PRI, PAN y PRD lanzó un solo candidato en la persona del priista Manolo Jiménez Salinas, también lo es que la coalición oficialista -Morena, PT y PVEM- decidió en un principio ir cada quien con su candidato.

Aunque en los últimos días, las dirigencias nacionales ecologista y petista anunciaron la declinación de sus respectivos candidatos gubernamentales para apoyar al morenista Armando Guadiana Tijerina, pero, desde ya, los aspirantes del PT y PVEM han rechazado renunciar a participar en la contienda del próximo domingo.

Hoy, las proyecciones electorales en ambos estados son diferentes.

Y es que, mientras que algunas encuestadoras colocan como favorita en el Estado de México a la candidata morenista Delfina Gómez, en Coahuila la proyección se inclina hacia el candidato aliancista de Va por México, Manolo Jiménez. Nay quienes dicen que la moneda aún sigue en el aire en ambas entidades federativas.

Hoy, el Estado de México y Coahuila son gobernados por el PRI, y precisamente son dos entidades de la República Mexicana en donde jamás ha existido alternancia política. La hegemonía electoral del PRI en ambos estados ha sido una constante.

Para los dos proyectos políticos -oficialismo y oposición- es fundamental y crucial el triunfo en esos dos procesos electorales locales. 

Porque, sin duda alguna, el PRI, amén de defender sui hegemonía electoral, y apoyado también por el PAN y PRD, le estaría apostando a posicionarse y tener mayor competitividad ante el morenismo en el proceso electoral del próximo año; mientras que Morena querrá demostrar que es la primera fuerza política del país y que, al mismo tiempo, ello significaría un claro anuncio de sus posibilidades de mantener el poder en el 2024.

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