Por Bryan LeBarón
El Presidente López Obrador volvió a señalar en su mañanera del día de ayer que ya no existen ni masacres ni torturas, que vengan por parte de gobierno, pareciera que no tiene nada que ver en los actos criminales que acontecen todos los días, pero cuando el estado es incapaz de contener la violencia, entonces es parte de ésta. El estado parece más concentrado en evadir responsabilidades y ocultar bajo la alfombra problemas que nos aquejan de forma cotidiana, por ejemplo, el Terrorismo.
Los cárteles se hacen cada vez más visibles, y no lo hacen por una suerte de descuido, buscan sin duda, que la gente vea lo que hacen porque es una forma de sembrar el terror, ese miedo que les permite actuar, que les da una malsana autoridad para delinquir y la población se haga a un lado por temor a represalias.
Esta semana circularon en redes sociales, videos donde convoyes circulaban por avenidas de Tamaulipas, a plena luz del día y sin que nadie los molestara. Pasaban junto a estaciones de cuerpos de seguridad, luciendo vehículos, claramente de batalla, escoltados por “policías”, como demostrando un claro control del territorio.
Los legisladores y expertos en seguridad señalan la necesidad de una respuesta contundente del Estado en la lucha contra el terrorismo, debido al aumento de la violencia en el país. Es importante que se tomen las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los ciudadanos y prevenir posibles ataques.
En este sentido hemos presentado una iniciativa de ley, construida con nuestro asesor Carlos Azeem Sánchez Alvarado, que consiste en crear un régimen de excepción constitucional, es decir dar herramientas a las instituciones para debilitar a los grupos de criminales, mientras se esta está llevando la investigación y persecución de hechos, este régimen de excepción debe ser similar al de delincuencia organizada.
Así que en la iniciativa de reformas a la Constitución y la creación de una ley que regule la actuación del estado en materia de terrorismo, proponemos crear la figura de declaratoria de grupo terrorista, ya que una vez declarado, este régimen de excepción entra en acción para una investigación eficiente y persecución de estos hechos materia de seguridad nacional y así lograr la desintegración de grupos terroristas y cortar su financiamiento.
Por lo anterior es que este régimen de excepción incluye la posibilidad del Ministerio Público de ordenar la aprehensión de los miembros de un grupo terrorista sin acudir al juez de control, la posibilidad de arraigarlos, la posibilidad de intervenir sus comunicaciones sin una orden judicial, inmovilizar cuentas bancarias entre otras, todo esto previa declaratoria de grupo terrorista, esto para que no resulte en una cacería de brujas.
No hay esfuerzos pequeños si se trata de devolver la tranquilidad a los pueblos y a las regiones azotadas por el crimen, pero siempre se debe privilegiar el uso de la inteligencia para cambiar de forma radical la estrategia de seguridad; no empeñemos nuestro futuro como país.