Columna: Tinta y rebeldía.
Por: Ar Mendoza
El periodo vacacional siempre trae consigo una etapa de ociosidad que en ocasiones puede ser peligrosa o contagiosa, pero a veces puede ser también un periodo donde el argot popular incremente sus críticas hacía cuestiones que no le parezcan adecuadas. En mi caso, opté por sumergirme en las plataformas de streaming; sobre todo, en aquellas que ofrecen un contenido audiovisual más enfocado en las cuestiones políticas y sociales. Me sorprendió el descaro con el que se maneja un gran sector de la oposición y lo desmemoriado que puede ser el pueblo mexicano.
Navegando por Netflix, llamó mi atención una serie documental titulada “El caso Cassez – Vallarta una Novela Criminal”, basada en el libro de Jorge Volpi; la cual busca examinar a fondo uno de los arrestos más famosos y controvertidos de México, en el que se evidenció la corrupción al interior de las agencias de investigación policiacas que existieron en México y los montajes que hacían las grandes televisoras del país para hacer quedar bien al gobierno en turno.
Sin ánimos de “spoilear” a los que no han visto la serie documental de cinco episodios, ésta no solo retrata la realidad que se vive en México, sino la corrupción y la estrategia fallida que se emprendió en los gobiernos panistas que encabezaron Vicente Fox y Felipe Calderón en el tema de seguridad.
El caso derivó en un conflicto diplomático entre México y Francia, por la opacidad, la falta de pruebas contundentes y la nula presunción de inocencia de quienes fueron acusados como presuntos secuestradores (Israel Vallarta y Florence Cassez), una captura que fue televisada a nivel nacional y que ha sido señalada como uno de los mayores montajes en la historia de la televisión mexicana.
El documental no solo exhibe la corrupción que había al interior de las corporaciones policiacas, sino como Genaro García Luna, ex Secretario de Seguridad Pública influía de sobremanera en las decisiones del entonces Presidente de México Felipe Calderón Hinojosa en temas de seguridad.
De igual manera, sorprende la falta de moral y de análisis crítico por parte de algunos sectores de los medios de comunicación que han callado respecto a un tema tan escabroso como lo fue el caso de la francesa Florence Cassez y de la familia Vallarta.
Sin embargo, afortunadamente hoy los medios de comunicación están al alcance de la mayoría de la sociedad, ya que documentales como éstos permiten que la ciudadanía tenga un espectro más amplio de cómo fueron las cosas.
La democratización de los espacios de información está influyendo directamente en destapar la cloaca de corrupción que por décadas había ocultado las malas mañanas de los gobiernos que aprovechaban el control de las televisoras que mostraban una sola visión.
Desconozco si la francesa Florence Cassez y la familia Vallarta hayan sido parte de una red criminal dedicada al secuestro, pero de lo que si estoy seguro es que los vicios en la investigación contribuyeron para que el proceso fuera opaco y vacío.
Sin duda, aún quedará mucha tela de donde cortar en casos donde la “presunción de inocencia” no es prioridad. Échenle un ojo al documental, porque seguramente seguirá dando de qué hablar en el futuro cercano.