Por: Marco Tavira
La rebelión de dos guerreros contra un imperio opresor y genocida.
El cine indú nos obsequia un espectáculo cinematográfico épico: la frenética y
emocionante película de acción y aventuras titulada RRR.
Se trata de una saga de acción trepidante de tres horas de duración que no tiene precedentes en esta parte del mundo; aunque deteniéndonos un poco, las referencias que vienen a nuestra mente al ver esta película indú producida por Netflix podrían ser: 300, filme de Zack Snyder sobre el Rey espartano Leónidas que dirige un ejército de trescientos guerreros y que en su momento causó furor y, la violencia gráfica de La pasión de Cristo, de Mel Gibson.
Es inevitable también, al asistir a este festín de acción trepidante, sangre, violencia, y efectos visuales alucinantes, —aunque en algunas escenas se notan deficientes—, no pensar en las enormes
producciones de Hollywood, especialmente en las películas de superhéroes de Marvel o DC, pero en este caso de una manera crítica hacia ellas, porque al lado de RRR, estas palidecen y toman su distancia en aspectos técnicos y de narrativa, incluso de guión.
La película es conmovedora, aleccionadora y por demás entretenida a pesar de sus excesos y de lo inverosímil que pueden resultar algunos aspectos de su trama, además de sus fallas en los efectos especiales. El eficiente manejo de su historia —sencilla y predecible— la transforma en una película inolvidable, emocionante y con mucho corazón.
RRR, es de esos filmes que en automático bloquean tu raciocinio y aceptas de buena gana sus situaciones absurdas. Como ejemplo de ello tenemos las milagrosas y casi instantáneas recuperaciones de sus protagonistas, instantes después de haber recibido brutales golpizas y cualquier cantidad de violencia física que incluye latigazos, caídas mortales, heridas de armas de fuego, tortura, etc, pero realmente se toman de una manera natural porque entiendes que no se trata de una película seria o de festival, y, en todo momento estás consciente que se trata de una ficción perfectamente ejecutada pero altamente disfrutable, es decir; adrenalina pura a lo largo de sus tres horas de duración.
Los actores indúes Jr. NTR y Ram Charan poseedores de un carisma apabullante, preparados físicamente como reales guerreros para lucir espectaculares a cuadro, son los encargados de dar vida a dos grandes amigos, casi super hombres, separados por sus propios ideales y motivaciones, que en una misión suicida sufrirán toda tipo de vejaciones después de que cada uno por su lado, y a su manera, intentarán derrocar al imperio Inglés que durante años ha oprimido a su pueblo.
Muy recomendable.
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