Por: Leovigildo González
Es evidente que hay pánico y zozobra en una sociedad que no confía en sus autoridades, eso fue lo que pasó en Maravatío, donde se suspendieron clases por miedo a que sucediera algo, ante un panorama de violencia.
Habrá muchos discursos, lo único cierto, es que la población decidió no exponer a sus hijos ante la amenaza, sin cuestionar si era real o no, justamente porque no hay confianza en el Estado que se presume debe dar seguridad.
Hay debilidad institucional en gran parte de Michoacán, la estrategia federal y ahora también estatal de «abrazos no balazos», solo ha provocado que los grupos delincuenciales se empoderen y busquen imponer su Ley.
Hoy es Maravatío y otros municipios del oriente de Michoacán, pero podría replicarse en gran parte del estado, justamente porque no hay control sobre los grupos delincuenciales que se pasean sin ninguna restricción.
Cientos de alumnos no fueron a clases, por un solo mensaje que se distribuyó en WhatsApp, eso debería de prender los focos rojos de atención y analizar lo que se está haciendo o no.