Samuel Ponce | Acueductoonline
En Michoacán, ambos van con todo. La coalición MORENA-PT como la alianza PRI, PAN y PRD más que las alcaldías, a excepción la de Morelia, y más que las diputaciones locales, en realidad la confrontación se dará por las diputaciones federales y la gubernatura.
Sin embargo, para los coalicionistas si bien es cierto que es una línea nacional ganar la gran mayoría o hasta el carro completo de las 12 diputaciones federales que estarán en juego en territorio michoacano, sería más que una vergüenza que perdieran la gubernatura.
Para los coalicionistas es vital la victoria en los distritos electorales federales para sumar una mayoría en la próxima Cámara Baja del Congreso de la Unión, con el objetivo de que siga el presidente Andrés Manuel López Obrador sumando acciones para que lo que llama la Cuarta Transformación.
Pero, lo anterior, sin dejar de ganar la gubernatura, porque de esa manera, consideran, prácticamente estarían sepultando, políticamente hablando al PRD y, sin duda, en gran medida las aspiraciones presidenciales del actual gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo.
En contra parte, para los aliancistas, lograr la mayoría de las diputaciones federales, es contener al menos en la entidad el avance de la denominada Cuarta Transformación en el país, bueno, siempre cuando algo parecido se den en un gran número de entidades del país.
Y salir victoriosos con la gubernatura, sería más que una bocanada de aires puro para los perredistas, más para su principal líder: Silvano Aureoles Conejo, quien daría un enorme salto en su carrera político, y un poco menos para sus coyunturales aliados, los panistas y los priístas.
Aunque para muchos lo que están en juego con la gubernatura es la libertad del mandatario estatal…
