Acueductoonline.com | Samuel Ponce
Inesperado, lamentable e inquietante lo que se suscitó este sábado en la capital michoacana, el atentado contra una parte del equipo de campaña del candidato del PRI a la alcaldía de Morelia, Guillermo Valencia Reyes.
El hecho que, con todo, adopta mayor relevancia, al menos mediática, por efectuarse no solo en pleno proceso político electoral, sino en la ciudad que presuntamente debería ser la más segura del estado.
Ahora, las autoridades investigadoras respectivas deben deslindar las causas del atentado, si están dentro o fuera del escenario electoral, pero sin perder el tiempo en el esclarecimiento y en la aprehensión de los responsables.
Y, a quién culpar, a quiénes tienen a su cargo la seguridad de la ciudad de las canteras rosas, es decir, a las autoridades municipal que han optado por seguir la cuestionable política federal, dejando a un lado la coordinación estatal.
Ahora, los afrentados, a la par de echar culpas, a diestra y siniestra, en su loca carrera por no entender realmente del todo qué pasó, deben encauzar sus fuerzas en reforzar su seguridad y exigir justicia a los procuradores de la misma.