Acueducto | Samuel Ponce Morales
Si, de acuerdo, ni el Instituto Nacional Electoral (INE) ni el Instituto Electoral de Michoacán (IEM) no pueden ser o fungir como policía sanitaria para impedir o al menos contener en el actual proceso electoral el creciente número de contagios y defunciones por Covid-19, ese papel, sin duda, corresponde a los tres niveles gubernamentales, en particular a las áreas de salud. Sin embargo, si tiene una obligación, más allá del marco jurídico electoral, de incidir en que, por ejemplo, las campañas políticas electorales se apeguen a lo más posible a los protocolos mínimos sanitarios; cierto, ambos órganos electorales tienen demasiadas responsabilidades como para sumar una más, pero es evidente que en un brote o rebrote de casos de la pandemia citada en eventos o actos de campaña no solo los entes gubernamentales ni partidistas ni los candidatos serán vistos como responsables…