En el México de la 4T un presunto violador si puede ser gobernador

Código Alpha/Santiago Núñez

Desde que iniciaron los procesos tendientes a la renovación de distintas gubernaturas en el país, surgió desde las filas de la mal llamada cuarta transformación, la figura de Félix Salgado Macedonio; guerrerense que a lo largo de su vida política se ha caracterizado por verse inmiscuido en el ojo del huracán y por predicar un discurso y un estilo de gobierno que raya por lo menos en lo surrealista.

La gran polémica detrás del guerrerense además de su línea discursiva incendiaria, que ha incluido incluso aseveraciones muy graves generadas desde el Senado de la República; como lo han sido los constantes ataques al poder judicial y al máximo tribunal del país, amenazando con desaparecer a la corte en un supuesto ejercicio de las atribuciones del ejecutivo y de la Cámara Alta.

Más allá de tan lamentables declaraciones y el colorido folclor discursivo, el tema más álgido que está viviendo el ahora candidato a la gubernatura de Guerrero por el partido movimiento regeneración nacional, estriba en una serie de acusaciones que han quedado plasmadas en carpetas de investigación desahogadas ante la Fiscalía General del Estado de Guerrero, en las cuales se acusa al candidato de distintos delitos de índole sexual cometidos en contra de mujeres.

Hay que ser muy responsables y señalar que en un término estrictamente jurídico efectivamente la presunción de inocencia de la cual goza cualquier mexicano, es fundamental para que el guerrerense mantenga sus derechos político electorales a salvo; no se puede acusar a nadie hasta que exista una sentencia firme emitida por un juez.

Sin embargo más allá del tema estrictamente legal y procedimental, el debate se genera en torno a la férrea defensa que el presidente de la República ha realizado sobre la figura del guerrerense; en primer lugar nos deja ver un titular del ejecutivo federal que irresponsablemente mezcla asuntos de la agenda pública de la nación, con la defensa de un candidato de su partido, hoy Andrés Manuel tiene que entender que es el presidente de México y no el eterno candidato y líder de su partido. Asimismo dentro de un país cuyas mujeres día a día exigen justamente respeto hacia sus derechos, libertades y dignidad; llama la atención que desde su partido no se tenga la mínima astucia o visión moral como para evitar la candidatura de una persona que se encuentra inmiscuida en acusaciones tan graves como las ya señaladas.

En este momento Félix Salgado Macedonio cumple con todos los requisitos legales para poder contender por la gubernatura de Guerrero, sin embargo fuera del tema estrictamente procesal es un perfil impresentable por las declaraciones antidemocráticas, que socavan las instituciones y los presuntos actos que actualmente se encuentran congelados en la fiscalía del Estado, presumiblemente producto de la presión política y mediática del caso.

Peor aún resultan los intentos de justificación de su partido para defenderlo a toda costa con los argumentoides de sus encuestas, sondeos internos y la preferencia que el voto duro de su partido tiene en el estado de Guerrero. Lo cual solamente deja ver la obsesión y el fin pragmático por conservar el poder en un estado tan complejo como lo es Guerrero incluso privilegiando la postulación de un perfil que daña la democracia mexicana y peor aún que pudiera ser responsable de una serie de agravios lamentables contra la mujer en México.

Hoy el presidente de la República y su partido nos dejan ver que sus intereses realmente apuntan no hacia la defensa de las instituciones, de los derechos políticos, de la dignidad de la mujer; sino a la búsqueda obsesiva del poder por el poder.

Sergio Santiago Núñez Galindo

Abogado y consultor.

Candidato a especialista en seguridad nacional.

santiagonunez@alphaconsultores.com.mx

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