Por: Arturo Alejandro Bribiesca Gil
A mis madres y a la de mis hijos.
En días pasados, navegando en redes sociales, observe algunas muestras de cariño y reconocimiento a la paisana Elpidia Carrillo (Parácuaro, Michoacán, 1961), por su trayectoria como actriz, principalmente en el plano internacional, en Hollywood para ser precisos; parte del reconocimiento aludía a que, sin demeritar a Yalitza Aparicio y su éxito por Roma, Elpidia había triunfado primero, lo que debía ser resaltado, y por tanto, debíamos subir al mismo pedestal a la paracuarense.
Hay quienes dicen que las comparaciones son ociosas, otros que son odiosas; creo que pueden ser ambas cosas, en mayor o menor grado; sin embargo, más que comparar, creo que debemos poner a cada quien en su justa dimensión; el tan solo vivir en épocas distintas ya hace la comparación imprecisa y falaz, no son lo mismo las postrimerías del siglo XX –Elpidia- que los albores del XXI -Yalitza-.
Dicho lo anterior, hago hincapié en que no pretendo hacer comparación alguna, la única intención que reviste a este texto, es rescatar la memoria, para nuevas generaciones, de la primera latina que triunfó en Hollywood: Dolores del Rio. Una mujer de belleza sin igual, nacida en Durango a principios de siglo XX –hay quienes dicen que en 1901, otros que en 1905 y unos más que en 1906- bajo el nombre de María de los Dolores Asúnsolo y López Negrete.
Dolores triunfó en el Hollywood mudo (1925-1929), logró migrar exitosamente al cine sonoro, también en la meca del cine (1930-1943), y en 1943 retornó a su país para ser profeta en su tierra, principalmente de la mano de Emilio “el indio” Fernández, siendo la famosísima María Candelaria una muestra de ello. Esta etapa mexicana es de 1943 a 1959.
De dicha etapa tambien debemos destacar la película La Cucaracha (1958), del consagrado director Ismael Rodríguez, no tanto por su calidad cinematográfica, sino por el gran logro del director, al reunir en ella a grandes estrellas del cine de oro mexicano (1936-1959), tales como: María Félix, Gabriel Figueroa, Pedro Armendáris, “el Indio” Fernández, y, obviamente, Dolores. Los dos grandes mitos femeninos del cine mexicano frente a frente… guau.
Su última etapa como actriz la podemos abarcar de 1960 a 1978. Durante esa época actuó en Estados Unidos (En Flaming Star, del año 1960, fue la madre del personaje interpretado por Elvis Presley), en Europa –España e Italia, y en México; siendo Los Hijos de Sánchez (1978), producción México-Americana, su última actuación (Dolores fallecería el 11 de abril de 1983 en California, Estados Unidos). Gran película, altamente recomendada, por la trama y por la pléyade de artistas consagrados y por consagrar, en ese momento, que en ella actúan.
Después de Dolores, en lo inmediato llegaría a Hollywood la explosiva y hermosa Lupe Veles; unos años más tarde haría lo propio la también consagrada Katy Jurado. En épocas más recientes, aunque no tan actuales, destacarían María Conchita Alonso, la ya mencionada Elpidia Carrillo y la jarocha Salma Hayek, está ultima aún vigente.
En fin, hoy día, además de Yalitza, encontramos una decena, por lo menos, de actrices jóvenes que, en mayor o menor grado, la están rompiendo en Hollywood. Karla Souza, Ana de la Reguera, Ana Claudia Talancon, Martha Higareda, por mencionar solo algunas. Sin duda, la globalización, la modernidad digital y el crecimiento de la población latina en los Estados Unidos –primera minoría actualmente- han hecho un poco más accesible el sueño Hollywodense, lo que por ninguno motivo demerita el éxito de quien lo alcanza, sean de donde sean, pero si puede explicar el crecimiento exponencial de casos de éxito.
Otrosí: Una disculpa por las omisiones que injustamente cometí al no mencionar a muchas otras actrices mexicanas que han o están triunfado en Hollywood, sin duda, las omitidas, sobre todo las vigentes, estarán muy tristes porque un aspirante a articulista en Michoacán, con 5 lectores, las omitió.