Por: Leovigildo González.
El pasado 30 de septiembre, en la ‘Tradicional’ corrida de toros en la Plaza Monumental de Morelia, eran unas 200 personas quienes se dieron cita para gritar «Olé», ahí, se avizoró un panorama nada alentador para la tauromaquia y los empresarios dedicados a ese espectáculo.
Son cientos de Asociaciones Civiles que han lanzado campañas de concientización para evitar justamente que se inculque a los menores este tipo de shows, dónde el acto principal es hacer faenas a un toro de Lidia.
En el terreno de las redes sociales, el eco ha sido muy grande, quienes son fanáticos de tal espectáculo han sido señalados, políticos que en discurso están a favor del cuidado de los animales pero en los hechos acuden a las Plazas a hacer partícipes del show, también han pagado sus pifias.
En Ciudad Hidalgo, mi tierra natal, se dió un encontronazo de opiniones, por un lado quienes apoyan la ‘Corrida de Toros’ y otros, que se oponen a la misma, incluso al hacer un llamado a una manifestación.
En el terreno digital, la tauromaquia pierde espacio para su defensa, mientras que en las plazas también pierden asistencia.
Aunque los legisladores parece que no lo tienen en sus agendas, las corridas de toros seguirán haciéndose en Michoacán, a excepción de Pátzcuaro, municipio que prohibió desde hace dos años tal espectáculo.