Columna de opinión
Por: Humberto Paz.
La Secretaría de Salud ha informado que el evento registrado en el área de Obstetricia del Hospital Civil, fue atendido de inmediato conforme a los protocolos médicos.
Se conoció que nueve pacientes que presentaron síntomas como mareo y dolor de cabeza, asociados a un evento adverso por anestesia, ocho ya están estables y en recuperación.
Una mujer más permanece en cuidados intensivos, aunque por otras causas, pues llegó al hospital con un aborto incompleto y se le practicó un legrado.
Las autoridades han afirmado que en ninguno de los ocho casos los recién nacidos estuvieron en riesgo, y que se determinó restringir el uso de ésa área en específico, y quirófanos, durante 72 horas mientras se llevan a cabo los análisis de las muestras tomadas.
En medio de todo esto, resulta penoso y lamentable que uno de los sindicatos esté tratando de llevar agua a su molino con un tema tan sensible, como lo es la salud, y desacreditar el trabajo de toda una institución con más de medio siglo de historia.
Se sabe que Lupita Pichardo, la líder del Sindicato de Trabajadores Descentralizados “Lázaro Cárdenas”, está utilizando este caso como medida de presión y con información imprecisa, para seguir accediendo a privilegios para ella y su familia.
Recordemos que esta líder sindical fue exhibida hace algunos meses por tener en la nómina a casi una veintena de familiares, que representan un gasto anual de 3.1 millones de pesos.
La mujer tiene a dos hijos, cinco hermanos, cuatro sobrinos, un cuñado y cinco parientes más en puestos de la Secretaría de Salud.
En el caso de su hija, Susanne Esbeidy, Pichardo ha promovido oficios para que la joven pueda cobrar sin devengar su sueldo en el centro de trabajo al que fue adscrita en la ciudad de Uruapan.
Sólo en 2017 logró al menos tres permisos de hasta un mes cada uno para que Susanne Esbeidy desempeñara «comisiones sindicales».
Recordemos también que la Contraloría del Estado inició una investigación contra Pichardo por haber cobrado 891 mil 264 pesos para la organización de fiestas, justificadas como «congresos y convenciones».
Pichardo es conocida por realizar paros y marchas a través de amenazas a los agremiados, obligándolos a realizar acciones de presión para mantener el poder.
Querer manchar el prestigio de médicos y enfermeras del Hospital Civil, es parte de su estrategia de revanchismo, en busca de mayores posiciones.
Lucrar con la salud de los michoacanos ha sido su bandera desde que se ostenta como lideresa del sindicato de salud, Lázaro Cárdenas. Sin embargo el coto de poder se ha visto disminuido.