Por: Editorial
A casi dos meses de su instalación formal, el nuevo Poder Judicial de Michoacán ha dado visos de continuidad y fortalecimiento; las magistradas y magistrados se han esforzado por establecer nuevas estructuras, ágiles y eficientes frente al reto que significó la reforma histórica de la que fue objeto este Poder en meses pasados. Sin embargo, al mismo tiempo también han surgido quejas de abogados litigantes sobre el desempeño de algunos jueces y juezas ya que, lejos de la nueva encomienda, desatienden el deber supremo que manda su investidura: otorgar certeza jurídica a la ciudadanía que lo demande, independientemente de anteriores militancias o filias.




