Por: Elizabeth Juárez Cordero
A la semilla que da fruto, Roque Juárez Vázquez.
Hace rato que la distancia entre la política partidaria y la política de gobierno quedó diluida, todo espacio y toda hora son propicios para la confirmación y la permanencia en el poder, para al mantenimiento del nuevo régimen, hacer otra cosa, simular alejamiento, es perder poder entre los grupos al interior de la casa, y no porque no fueran antes una espejo de la otra, sino porque la pluralidad de entonces, quizá diez años, obligaba, más que a la autocontención, a atender las reglas de equidad que en los últimos años se habían fijado los jugadores del juego electoral.
Los tiempos políticos locales son inercia del acontecer nacional, y no son la excepción, la velocidad y la avidez de quienes aspiran a nuevos cargos públicos, como de quienes buscan mantenerse a través de un o una aspirante de su grupo, es natural, el comportamiento del poder puro, del poder sin adjetivos, es así dúctil, expansivo. Y hoy sólo hay una puerta de entrada que lo hace factible, y es la del partido gobernante, por ello es que, es ahí en su núcleo, donde las disputas no sólo ya se hacen presentes, sino que conforme nos acerquemos a los días de la elección, 2027 para Michoacán, tenderán a aumentar su rijosidad.
No es de extrañar que el siguiente punto en la agenda del grupo gobernante, sea modificar las reglas electorales, que son ni más ni menos que las reglas que definen la entrada a los cargos de representación política; no hay normas neutras, las reglas y más aún, las político-electorales siempre guardan una intencionalidad, y esa es siempre de quien las diseña y las aprueba, faltaba más. Con ello se cierra la pinza del nuevo régimen, el control mediante la distribución del poder de manera horizontal, en los poderes y los órganos autónomos vigentes, y la irreversibilidad, a través de las reglas de acceso, que, si bien pueden no impedir la posibilidad de que partidos fuera de la coalición gobernante obtengan algunos espacios de representación, estos no serían suficientes para ser un contrapeso a las decisiones del poder mayoritario, ya no digamos para disputarle el poder en lo próximo.
En este diseccionamiento del poder, la ampliación de las opciones electivas, con la votación de jueces y magistrados, en la que se otorga un mayor poder decisorio a la ciudadanía, en los hechos si bien continúa reducida a una participación procedimental, que no sustantiva ni deliberativa, porque no profundiza ni cuestiona; no es en absoluto irrelevante, por el contrario su función legitimadora, favorece a la construcción de un principio clave para el sostenimiento del régimen, la idea de pueblo por ciudadanía. Porque al mismo tiempo que brinda legitimidad democrática, concede homogeneidad a la base social, permite la autoexclusión de quienes se encuentran fuera de los preceptos del régimen, que no necesariamente oposición.
Bajo este nuevo replanteamiento del régimen y de su sistema político, el concepto de oposición política partidaria ha quedado obsoleto para el análisis, y apenas más valioso, como un recurso de contraste en la narrativa del poder en turno, contra un enemigo inexistente, por decir lo menos. La alineación al poder, por sobrevivencia o complacencia, ha desvanecido los espacios naturales de la deliberación pública, como los Congresos, el discernimiento y la confrontación de ideas es infructuosa cuando no otorga dividendos.
Sin embargo, la centralización y la irreversibilidad del poder como objetivos y mecanismos de control del nuevo régimen, no son suficientes sin la entrega de resultados de gobierno; como los recientes datos de disminución de la pobreza, que entre 2018 a 2014 habrían sacado cuando menos a 13 millones de mexicanos de la pobreza, y por otro, una nueva estrategia en materia de seguridad, que parece situar al segundo sexenio de la autodenominada “transformación” en un accionar diferente al de su antecesor; aunque aún sin una disminución en la incidencia delictiva y la percepción de inseguridad, según la última versión de la Encuesta Nacional de Victimización, 2025.
En esta misma lógica, el anuncio de apenas semanas, sobre las detecciones de marinos, servidores públicos y empresarios, todos implicados en una red de huachicol fiscal; más allá de los cuestionamientos sobre las posibles presiones norteamericanas como su origen, podrían constituir el mensaje de Estado más contundente de combate a la corrupción y debilitamiento de estructuras criminales, cuyo nivel de sofisticación y permeabilidad en las esferas más altas del poder, no guarda proporción con ningún caso del que se tenga memoria. Mismo caso guarda la extradición del ex Secretario de Seguridad de Tabasco desde Paraguay, Hernán Bermúdez líder del grupo delincuencial conocido como la “Barredora”. Los resultados de ambos procesos podrían ser un parteaguas para el mantenimiento del sistema político en ciernes, que es también para el régimen, de solidez frente a la amenaza exterior, relegitimación interna y la oportunidad de extirparse la pus que representan grupos internos.
2027 Michoacán nada para nadie.
Si hay algo a lo que no se apega la decisión política, es precisamente a las reglas formales y los procedimientos establecidos, sino por mucho a la intencionalidad y el objetivo que se persigue, y ese es siempre cambiable, discrecional, si de designación de candidaturas se trata al interior de las estructuras partidarias, y más aún, cuando estas son juez, parte y validador de su proceso interno. Es por ello que, la experiencia que nunca es ociosa nos recuerda que las querencias y estrategias de las oligarquías partidistas, son el decisor final; como muestra la designación de Clara Brugada como candidata a la Jefatura de la Ciudad de México en 2024 por Morena, aun sin ser las más favorecida en las encuestas, con una distancia de dos a uno frente a la postulación de Omar García Harfuch; el principio de paridad fue el justificante. El banderazo en la conformación de comités y recorridos por territorio tampoco serán esfuerzo perdido, la experiencia también nos recuerda que ahí donde no hay incentivos para la indisciplina, todos ganan, incluido el segundo o tercer lugar. Por lo pronto Michoacán nada para nadie.