Columna: El Último Llamado
Por: Diego Donaldo Chávez Palmerín
En política los símbolos importan. No es casualidad que la segunda edición del Campamento Nacional de Liderazgo y Formación Política CREEMOS se realice en la Hacienda de Tzintzimeo, un lugar con historia política y presidencial que habla por sí solo. Allí donde antes se escribieron capítulos de poder, hoy se reunirá una nueva generación que entiende que la política no se hereda, se construye.
Más de 200 jóvenes de todo el país llegarán a Michoacán con una misión clara, dejar atrás la comodidad del espectador para convertirse en actores con agenda, acción y visión.
No será un encuentro de selfies ni de discursos vacíos, será un espacio de formación, estrategia y articulación, con miras a los próximos ciclos locales y nacionales.
Los ponentes y voces invitadas no son casualidad: César Damián, Roberto Madrazo, Alessandra Rojo de la Vega, Omar García, Macky González, Mauricio Tabe. Nombres que colocan agendas en el radar nacional y evidencian que este campamento no es un juego juvenil, es una apuesta seria por formar cuadros políticos con carácter y preparación.
En Michoacán, tierra de contrastes y epicentro histórico de movimientos sociales, la elección de la sede manda un mensaje claro a los círculos: la juventud está organizándose, no para esperar turno, sino para empezar a disputarlo. Detrás del entusiasmo formativo se esconde un ejercicio de orden político más profundo, fortalecer liderazgos locales que acompañen a proyectos con mayor alcance en la arena nacional.
Los organizadores (muy jóvenes por cierto) lo saben, la política jóven no necesita disfrazarse de rebeldía vacía, sino traducirse en estrategia, es por eso que CREEMOS se presenta no como un campamento recreativo, sino como una plataforma donde los liderazgos se activan, se conectan y se preparan para el reto mayor, convertirse en protagonistas de la historia que viene.
En Tzintzimeo, entre la memoria del pasado y la apuesta del presente, se trazará una ruta que los actores políticos atentos leerán con claridad. Los círculos ya lo entienden, este campamento no es una anécdota, es un laboratorio, y los laboratorios, cuando son serios, producen resultados.