Por: Leovigildo González
Reza un dicho «algo traen los tiempos difíciles, ahuyentan a las falsas amistades», si algo le ha pasado al hoy prófugo, Silvano Aureoles, es que lo han negado desde que antes de que dejara el gobierno, las deslealtades como una de las constantes.
Pero a veces los que escupen no se dan cuenta que lo hacen para arriba, y sí, son los morenistas, que en un porcentaje muy alto, hicieron política, tuvieron negocios o simplemente fueron parte del gobierno del que ahora niegan.
Aureoles es el villano favorito de quienes hoy están bajo la sombra del poder, y es normal en política, creyendo que el «pueblo» olvida rápido, sin embargo, en la actualidad se podrá borrar todo, menos la huella digital, eso queda ahí.
La ex diputada Miriam Tinoco cuando mostró apoyo a Morón, no negó que para ese grupo Silvano es querido, en un acto de congruencia quienes hicieron carreras políticas al lado de quien ahora es buscado por la Interpol, ese tipo de muestras no son normales en la política, donde como hemos visto, la deslealtad como bandera.
Fidel Calderón, a quien muchos en Morena han ninguneado, en su momento mostró rebeldía contra el ex gobernador, al grado de renunciar al PRD, pero no sin antes darle la batalla interna, en aquel caótico 2017, previo al triunfo avasallador de AMLO.
Como olvidar, cuando Fabiola Alanís, en el 2018, renunció al Gobierno de Aureoles, un día después se le vio en un evento de campaña de AMLO en Puruándiro, ese acto, tuvo un peso importante para que luego asumiera un puesto en el gabinete del ex presidente.
La estrategia no es negar a Silvano Aureoles, él, seguramente está preocupado por su situación jurídica, pero hoy en Morena no puede ser una forma de señalar o golpetear, cuando insisto, muchos forjaron carrera a su lado o detrás de él.
Marcapasos.
La pugna interna de Morena no es normal, el golpeteo, no es normal, sobretodo porque aún está lejos el 2027, no es momento de triunfadores o perdedores.
La poca unidad visible solo afecta al partido en el poder.
