Por: Diego Donaldo Chávez Palmerín/ El Último Llamado
Sostenibilidad: Que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar recursos o causar grave daño (defendible, razonable, sustentable) ; Bienestar: Conjunto de las cosas necesarias para vivir bien (comodidad, confort, holgura).
El examen de los indicadores económicos bajo las administraciones de Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador revela diferencias significativas que impactan la trayectoria económica de México.
Durante el periodo de EPN (2012-2018), el PIB creció en promedio un 1.9% anual, con un PIB per cápita que experimentó incrementos, alcanzando su punto más alto en 2018. Según datos del INEGI, la inflación acumulada durante su gestión fue del 27%, lo que refleja niveles de estabilidad, aunque con desafíos.
En contraste, durante los primeros años de AMLO (2018-2023), el PIB promedio anual se desaceleró a 0.8%, reflejando desafíos en el crecimiento económico. El PIB per cápita reportó una contracción de -0.4%, indicando que el ingreso económico por habitante se ha estancado y en algunos casos, ha retrocedido, afectando el “bienestar” de la población. La inflación acumulada, según datos del Banco de México, aumentó al 33%, lo que ha desgastado el poder adquisitivo de las y los mexicanos.
La deuda pública, que se situaba en 10.5 billones de pesos al cierre de la administración de EPN, alcanzó aproximadamente 16.7 billones bajo AMLO, con un costo relacionado que pasó del 2.5% al 3.8% del PIB. Este aumento ha generado preocupaciones sobre la SOSTENIBILIDAD fiscal y el manejo del gasto público.
Las discrepancias en políticas económicas son evidentes: mientras EPN impulsó reformas estructurales, AMLO ha priorizado proyectos sociales y económicos de infraestructura, por cierto ninguno terminado. Este contraste en enfoques destaca la necesidad de balancear el crecimiento económico con la equidad social, esencial para un desarrollo sostenible.
La comparación basada en datos oficiales indica que México enfrenta importantes desafíos económicos, y es crucial que las decisiones futuras consideren tanto el crecimiento como el tan llamado por ellos “bienestar” de la población.
