Por: Leovigildo González
Reza un dicho popular «nadie sabe para quien trabaja», y así se ha notado, al menos desde Morena con Alfonso Martínez, presidente municipal de Morelia, y máximo referente de la oposición en Michoacán.
En el pasado proceso electoral, el líder de Morena en Michoacán, Juan Pablo Celis, le dedicó decenas de ruedas de prensa para despotricar contra el Martínez, criticó la seguridad pública, viajes y cualquier pretexto para señalarlo, de nada sirvió, Alfonso logró reelegirse sin problemas, y por paliza.
Dice el destacado académico Noam Chomsky, «Los gobiernos lanzan campañas para ganar apoyo entre sus ciudadanos, influir en la opinión pública y en la conducta dentro de las naciones con las que están en guerra, así como en la opinión internacional. En esencia, la propaganda se refiere a técnicas de manipulación de la opinión pública basadas en información incompleta o confusa, mentiras y engaños».
Para entender a Chomsky, es sencillo, Alfonso Martínez ha sido víctima de campañas de propaganda que tienen nexos con el Gobierno de Michoacán y el partido en el poder, Morena, una guerra de manipulación que aumentó cuando buscaba la reelección, pero, nuevamente no funcionó, ¿Qué pasó?, que evidentemente todo eso que armaron no tuvo eco en la opinión pública, no convenció ni a los propios morenistas.
Y por el contrario, el alcalde Morelia parece salir victorioso de los embates, el sábado pasado mostró que en política el que llega primero, pega dos veces, así fue su estrategia en San Nicolás Obispo, donde lo recibieron con banda de viento, y cientos de personas salieron a su encuentro, mediáticamente, se comió «la estrategia del Gobierno de Bedolla», ya que el mandatario estatal parecía que respondía a lo que antes había hecho Martínez, con su feria del molcajete.
Pero la «guerra» contra Alfonso, ha pasado también al Congreso de Michoacán, donde el líder de Morena ya amenazó con un «juicio político», y nuevamente buscan descarrilarlo, hacerlo sin argumentos sólidos, solo van a provocar que el mandatario municipal siga aumentando simpatías ante embates endebles.
Y si ahora Alfonso Martínez, está posicionado es justamente por el foco de atención que le da el partido en el poder, que sin estrategia, solo lo hacen cada vez más fuerte, lo mismo pasa con Raúl Morón, quien ha sido víctima constante de campañas de desprestigio, auspiciadas desde Morena, pero que no le hicieron absolutamente nada, ya que hoy, es senador de la República.
