Vehículos Autónomos: principales actores y su impacto regulatorio

Por Teresa Maria Geraldes Da Cunha Lopes

Definición de vehículos autónomos y niveles de autonomía: un vehículo autónomo, también conocido como vehículo de conducción autónoma o vehículo sin conductor, es un sistema de transporte capaz de moverse por su entorno sin la intervención directa de un conductor humano.

Para ello, integra múltiples tecnologías, como sensores avanzados, inteligencia artificial (IA), sistemas de posicionamiento global (GPS) y algoritmos de toma de decisiones en tiempo real. Estos vehículos perciben su entorno a través de sensores como cámaras, radares y LIDAR, y utilizan dicha información para navegar, evitar obstáculos y seguir rutas predefinidas. El objetivo de los vehículos autónomos es revolucionar la movilidad urbana y el transporte a través de la automatización, prometiendo mejoras significativas en seguridad, eficiencia y accesibilidad. Sin embargo, su funcionamiento depende de la interacción entre sistemas tecnológicos complejos y del cumplimiento de normativas específicas para garantizar su integración segura en el entorno público.

Niveles de Autonomía según SAE International.
La Society of Automotive Engineers (SAE) establece seis niveles de autonomía (0 a 5) para clasificar las capacidades de los vehículos autónomos. Esta clasificación es ampliamente adoptada en todo el mundo para describir el grado de control que puede ejercer el sistema del vehículo frente al conductor humano:

• Nivel 0 – Sin Automatización:
El conductor humano tiene el control total del vehículo en todo momento. Los sistemas automatizados solo emiten alertas o asistencias básicas, como un sensor de proximidad o una alerta de cambio de carril.

• Nivel 1 – Asistencia al Conductor:
El sistema puede ayudar al conductor en tareas específicas, como mantener la velocidad a través del control de crucero adaptativo o la asistencia para mantenerse dentro del carril, pero el conductor sigue siendo responsable de todas las decisiones de conducción.

• Nivel 2 – Automatización Parcial:
El sistema puede ejecutar más de una función automatizada simultáneamente, como el control del acelerador y el frenado, además de la dirección. Ejemplo: el piloto automático de Tesla. Sin embargo, el conductor debe permanecer alerta y listo para intervenir en cualquier momento.

• Nivel 3 – Automatización Condicional:
El sistema es capaz de conducir de manera autónoma en condiciones específicas, como en autopistas, pero el conductor debe estar disponible para tomar el control cuando sea necesario.

Este es un punto crítico de transición en la responsabilidad compartida entre el sistema y el humano.

• Nivel 4 – Alta Automatización:
El vehículo puede realizar todas las tareas de conducción sin intervención humana en ciertas condiciones (por ejemplo, dentro de zonas urbanas delimitadas). Sin embargo, fuera de esos escenarios predefinidos, el sistema puede solicitar la intervención del usuario o dejar de funcionar.

• Nivel 5 – Automatización Completa:
En este nivel, el vehículo es completamente autónomo en todas las condiciones y no requiere conductor humano. No existe un volante ni controles tradicionales, ya que el sistema es capaz de gestionar cualquier situación sin asistencia humana.

Actualmente, la mayoría de los vehículos en circulación se encuentran en los niveles 1 y 2, con algunas pruebas experimentales en niveles 3 y 4 realizadas por empresas como Waymo, Tesla y Cruise. Alcanzar el nivel 5 de autonomía plantea desafíos tecnológicos y éticos, que van más allá de la ingeniería: implica el desarrollo de infraestructuras inteligentes, normativas específicas, y la aceptación social de vehículos sin conductor.

Principales actores en la industria y su impacto regulatorio
La industria de los vehículos autónomos se compone de múltiples actores que desempeñan un papel clave en el desarrollo, prueba, implementación y regulación de esta tecnología emergente. Su influencia en el marco regulatorio es fundamental, ya que cada uno aporta perspectivas, intereses y desafíos específicos que afectan la manera en que los gobiernos diseñan las políticas y normas para integrar esta tecnología de manera segura y eficiente.

Primero actor a considerar : las empresas de tecnología y fabricantes de automóviles son actores primordiales en la creación y promoción de vehículos autónomos. Estas compañías no solo lideran la investigación y el desarrollo (I+D) de sistemas de conducción automatizada, sino que también participan en las discusiones regulatorias para definir estándares técnicos:
o Waymo, Tesla, Cruise, Baidu y Uber: Estas empresas han realizado avances significativos en los niveles 3 y 4 de autonomía, influyendo directamente en la creación de zonas de prueba y marcos experimentales en ciudades como San Francisco, Phoenix y Pekín.

O Fabricantes tradicionales como Ford, General Motors y Toyota: Están colaborando con gobiernos para definir estándares de seguridad, debido a su experiencia en la producción de vehículos convencionales.

Estas empresas suelen presionar por regulaciones flexibles que permitan la experimentación y despliegue rápido de vehículos autónomos, argumentando que los retrasos regulatorios afectan la innovación y la competitividad global.

Por otro lado, habrá que considera el impacto regulatorio de Gobiernos y Legisladores.
Los gobiernos nacionales y locales desempeñan un papel crucial en la elaboración de marcos legales para regular el uso de vehículos autónomos. Su objetivo principal es equilibrar la promoción de la innovación tecnológica con la seguridad pública. Algunos casos a considerar :
O Estados Unidos: A nivel estatal, California y Arizona lideran en la creación de normativas experimentales, permitiendo a empresas realizar pruebas en vías públicas.
o Unión Europea: La UE trabaja en regulaciones armonizadas que cubren aspectos de seguridad, privacidad y responsabilidad civil, asegurando la interoperabilidad entre países miembros.
O Reino Unido : en particular las propuestas del Libro Blanco
o China: Las regulaciones se centran en la promoción de la IA y vehículos autónomos, permitiendo experimentación amplia en entornos urbanos y corredores logísticos.

Los legisladores enfrentan el reto de establecer estándares claros sin inhibir la innovación, promoviendo al mismo tiempo la confianza pública en la tecnología.

Pero, también es obligatorio tener en cuenta a los Organismos Internacionales de Normalización y su Impacto Regulatorio. Organismos como la Society of Automotive Engineers (SAE) y la Organización Internacional de Normalización (ISO) establecen estándares técnicos globales para la clasificación y seguridad de los vehículos autónomos. Estos estándares son fundamentales para garantizar la interoperabilidad entre distintos mercados y facilitar el comercio internacional.

Las recomendaciones de estos organismos influyen en las decisiones de los gobiernos nacionales, ayudando a alinear las regulaciones nacionales con estándares internacionales reconocidos.

Finalmente, “last but not the least” las Aseguradoras y Empresas de Gestión de Riesgo así las Organizaciones No Gubernamentales y Sociedad Civil tienen impactos regulatorios imprescindibles. .En particular, las compañías de seguros y los expertos en gestión de riesgos desempeñan un papel importante al definir modelos de responsabilidad civil y seguros para los vehículos autónomos. Estas empresas influyen en las regulaciones al sugerir marcos de compensación en caso de accidentes. Trabajan mancomunadas con gobiernos y fabricantes para redefinir las políticas de responsabilidad, considerando escenarios en los que el sistema automatizado sea responsable en lugar del conductor. Por otro lado, diversas ONGs y organizaciones civiles participan en el debate regulatorio para asegurar que los marcos normativos contemplen aspectos éticos y sociales, como la privacidad y la accesibilidad.

También abogan por la transparencia en la toma de decisiones automatizada. Estas organizaciones presionan para que las regulaciones incluyan mecanismos de supervisión y transparencia, garantizando que los algoritmos de IA no discriminen a ciertos grupos sociales y protejan la privacidad de los usuarios.

Casos de uso actuales y proyecciones de futuro
Los vehículos autónomos ya están demostrando su potencial en diferentes sectores y escenarios, aunque la mayoría de estas aplicaciones aún se encuentran en fase piloto o de desarrollo controlado. Por ejemplo , en el campo del Transporte Público Autónomo, las Shuttles y autobuses autónomos que operan en áreas urbanas específicas o campus privados, facilitando el transporte de corta distancia. Ejemplos: Waymo y Navya han implementado shuttles en ciudades como Phoenix y Las Vegas, Municipalidades como Viseu y Cascais en Portugal en trayectos altamente turísticos , Campus Universitarios como el CUCEA de la Universidad de Guadalajara reducen el tráfico y mejoran la movilidad en zonas de baja demanda.

Tenemos , también el caso del Ridesharing y Taxis Autónomos. Este modelo apunta a revolucionar el transporte bajo demanda, reduciendo costes operativos y ofreciendo servicios más accesibles. Empresas como Waymo, Cruise y Baidu han lanzado servicios de taxi autónomo en ciudades como San Francisco y Shanghái. Estos vehículos permiten desplazamientos sin conductor humano, aunque aún requieren monitoreo remoto.

Pero, sin diuda el más avanzado y, con mayor impacto económico y ambiental es el de la industria de Transporte de Carga y Logística. Empresas como TuSimple y Einride están utilizando camiones autónomos para transporte de mercancías en rutas logísticas específicas, principalmente en autopistas. El transporte autónomo de carga mejora la eficiencia operativa, optimiza el uso del combustible y aborda la escasez de conductores en la industria.

Existen, también ya algunas experiencias piloto de rutas de Vehículos de Reparto Autónomos.Servicios de entrega como los de Nuro y Amazon Scout utilizan vehículos pequeños autónomos para el llamado “reparto de última milla”. Estos vehículos reducen los tiempos de entrega y minimizan la necesidad de conductores.Estos sistemas son especialmente útiles en zonas urbanas, donde la velocidad y eficiencia de las entregas es fundamental.

Finalmente, las aplicaciones industriales y en áreas privadas, como aeropuertos, puertos y ciudades industriales, etc, los vehículos autónomos realizan tareas logísticas o de transporte interno, garantizando operaciones más seguras y eficientes. Ejemplo: En el puerto de Hamburgo, Alemania, vehículos autónomos transportan contenedores sin necesidad de intervención humana.

Además de estos ejemplos actuales, tenemos que hacer proyecciones de futuro con cálculo de impacto y perspectivas.En los próximos años, se espera que los vehículos autónomos tengan un impacto significativo en varios sectores, transformando la movilidad urbana y las operaciones logísticas. Un sector de impacto inmediato es el de la Movilidad Urbana Masiva y Sostenible.Se proyecta la expansión del uso de taxis y autobuses autónomos en las grandes ciudades, lo que permitirá reducir el tráfico, las emisiones contaminantes y los accidentes. Estos sistemas podrían integrarse con la infraestructura de transporte público existente, promoviendo una movilidad más sostenible e inclusiva. En el campo del Transporte Autónomo de Carga a Gran Escala , los camiones autónomos se convertirán en una solución fundamental para el transporte interurbano y de larga distancia, mejorando la eficiencia de la cadena de suministro y reduciendo los costes de logística. Con el tiempo, se espera que estos camiones operen sin restricciones humanas, eliminando la necesidad de paradas frecuentes y maximizando la productividad. Estos vehículos autónomos peritirán , a mediano plazo la integración con infraestructuras inteligentes. Las infraestructuras urbanas se adaptarán para optimizar la operación de los vehículos autónomos mediante sistemas V2X (comunicación entre vehículos e infraestructuras). Semáforos inteligentes, sensores en carreteras y estaciones de carga automática serán esenciales para mejorar la eficiencia del tráfico. Tal permitirá su adopción en servicios de emergencia y vehículos especializados. Así las cosas, los vehículos autónomos podrán utilizarse en servicios críticos, como ambulancias autónomas y vehículos de rescate en zonas peligrosas. Esto permitirá responder rápidamente ante emergencias sin riesgo para el personal humano.También se proyecta el uso de drones autónomos en tareas de entrega de suministros médicos urgentes.
Finalmente, hay que tener en cuenta que proporcionarán solucciones concretas, operativas a una Movilidad Inclusiva y Accesible. La adopción de vehículos autónomos democratizará la movilidad, permitiendo a personas con discapacidades o adultos mayores acceder fácilmente al transporte sin necesidad de asistencia. Esto mejorará la calidad de vida de estas poblaciones y fomentará su inclusión en la sociedad.
Poco a poco, la Implementación gradual de Nivel 5 de autonomía introducirá los vehículos completamente autónomos (Nivel 5) que aún están en desarrollo. Se espera que en los próximos años surjan nuevos pilotos y pruebas en áreas controladas. Esta gradualidad permitirá resolver problemas técnicos y normativos antes de una adopción masiva.

Reflexiones Finales

Los casos de uso actuales de los vehículos autónomos muestran su potencial para transformar el transporte y la logística, mejorando la eficiencia, sostenibilidad y accesibilidad. A futuro, se espera que la movilidad autónoma se integre plenamente en la vida cotidiana, habilitando nuevas formas de transporte urbano e interurbano y promoviendo la movilidad inclusiva. La clave para esta transición será el desarrollo de marcos normativos adecuados que equilibren la seguridad y la innovación, maximizando el impacto positivo de esta tecnología en la sociedad.

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