Que pague el de atrás

Por: Diego Chávez Palmerín/ El Último Llamado

La administración de Obrador ha dejado una herencia financiera significativa para la nueva presidenta de Méxic. Durante su sexenio, la deuda pública ha sido un tema recurrente y de gran preocupación. Al inicio de su mandato, López recibió una deuda de aproximadamente 560 mil millones de dólares del gobierno anterior. Sin embargo, a lo largo de su administración, esta cifra ha aumentado considerablemente, alcanzando casi 940 mil millones de dólares en abril de 2024.

Este incremento en la deuda se debe en parte a la política de gasto público y a la “inversión” en proyectos de infraestructura faraónicos, como el Aeropuerto AIFA, Refinerías, Trenes, Mexicana de Aviación, etc ( por cierto, todos inoperables). Estos proyectos han generado una carga financiera adicional que ahora recae sobre los hombros de Claudia. La situación de Mexicana de Aviación, por ejemplo, tiene una deuda de 13 mil millones de pesos y una operación que no ha alcanzado la eficiencia esperada.

El análisis del gasto público como porcentaje del PIB revela que el gasto en pensiones y el costo financiero han seguido aumentando, desplazando a otros rubros primordiales como salud y educación. Desde 2007 hasta 2024, el gasto en pensiones ha mostrado un incremento constante, mientras que el gasto en salud y educación han fluctuado ligeramente.

Además, el déficit fiscal ha sido un desafío constante. Mientras que en 2010 el déficit representaba el 3% del PIB, en 2024 esta cifra se ha disparado al 6%. Este aumento refleja una gestión fiscal ha dejado al País en una posición financiera vulnerable. El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) ha señalado que para regresar a un déficit del 3%, se requerirán medidas fiscales estrictas que afectarían los ingresos de las familias mexicanas.

La Presidenta, enfrenta el reto de gestionar esta deuda y de implementar políticas que estabilicen la economía sin sacrificar el bienestar social. La reducción de la deuda externa y el fomento del mercado interno serán cruciales para su administración.

Sin embargo, la presión de mantener los proyectos de Obrador – miliicia de infraestructura y de cumplir con las expectativas de desarrollo sostenible añade una capa de complejidad a su mandato.

La herencia financiera de Obrador presenta tanto desafíos como oportunidades para Claudia, la gestión de la deuda pública y el déficit fiscal serán temas centrales en su administración, y su capacidad para equilibrar el crecimiento económico con la estabilidad financiera determinará en gran medida el éxito de su gobierno.

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