Por: Leovigildo González
Hace una semana, Manuel López Meléndez, definía ruta electoral rumbo al 2027, junto a él, un grupo importante de liderazgos de Morena en varias regiones de Michoacán.
La salida de López Meléndez, crea un boquete en el grupo de Carlos Torres Piña, secretario de Gobierno, ya que era uno de sus principales operadores, pero que además conoce a profundidad la estructura del segundo al mando de la administración estatal.
Es obvio, que la recomposición de fuerzas al interior de Morena desgastan a quienes han ostentado el poder en los últimos tres años, reza un dicho popular «que las hojas en el árbol. No duran toda la vida» y en la política, menos, no hay nada más efímero que el poder.
La soberbia y falta de tacto político, no ayudan para mantener lealtades, específicamente del Gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, quien busca encumbrarse como el máximo líder de Morena en Michoacán, y lejos de eso, es el primero que es sectario, las pugnas con Leonel Godoy y Raúl Morón, hablan de la poca capacidad de conciliación.
El martes inició el segundo trienio de su mandato, que hay que reconocerle algunas cosas, pero otras, sobretodo en lo político ha mostrado que no está a la altura de generación de acuerdos.
Así como el poder es efímero, también las lealtades, algunas, solo son consensuadas a través de la famosa «chambitis» cuando se termina el empleo, se acaban los compromisos, así que desde el pasado 2 de junio, hay gente que ya piensa en el 2027, donde Bedolla llegaría sin poder y alejado de las decisiones.
El Consejo Político de Morena en Michoacán, es controlado aún, por el Gobernador, sin embargo, las últimas salidas son muestra de que podría ser una cascada, por las malas decisiones que tomaron en el pasado proceso electoral.
En política nadie es «pequeño» si no, Bedolla jamás hubiera llegado a ser mandatario estatal, su liderazgo era en la capital michoacana, donde buscó ser candidato, más allá, era impensable.
Tal vez, la poca visión del Gobernador y su falta de operación política harán que desde el Comité Nacional de Morena, llegue un delegado con funciones de Presidente en Michoacán y no habría más culpable que Bedolla, empoderando a los otros grupos con quienes todo indica, no habrá reconciliación.
PD. Si sumar al PRD es un logro, entonces, no hay mucho que celebrar.