Por: Víctor Carranza
Pedro y el lobo es una fábula infantil, que se usa para asustar a los niños a no bromear con temas serios, pues puedes perder credibilidad cuando se trate de una amenaza real. En ella, Pedro avisa que viene el lobo y se echa a reír cuando ve a todos correr temerosos, pues era una broma; cuando dejó de serlo y realmente venía, ya nadie se lo creyó y el lobo se lo comió.
A veces a los consultores les toca hacer el trabajo de Pedro, y advertir a políticos y opinadores sobre las amenazas que vienen, tanto que se desgastan las advertencias y finalmente, estas quedan sin efectos. Pues, mis queridos amigos, ahi viene el lobo.
Es patente al menos para casas encuestadoras serias que Morena tendrá una avasalladora mayoría en votación directa a la marca, es decir, supra candidaturas. El gran reto es localizar todas esas “simpatías” y sacarlas a votar, un reto que luce complicado para un partido que, al menos en Michoacán, carece de estructuras sólidas que se lo permitan, pero el clamor popular allí está.
Por otro lado, están los “Poncho Martínez”, candidatos posicionados más allá de sus partidos que incluso, son lo más parecido a Andrés Manuel por su performance más a allá de su origen ideológico; ergo, se echa sus taquitos, habla de tu, se avienta sus chistes y hasta cae bien, a pesar de su peculiar soberbia que suele ser el sello de la casa.
En el estado de Michoacán ya solo resta una tarea: organización y preparación de los dispositivos para movilizar votos rumbo a la elección del 2 de Junio. Del resultado hay muchos pronósticos en otros lugares y no será en esta columna donde me aventure a señalar que ganará uno u otro, pues a decir de un servidor, a ojo de buen cubero, la elección de Morelia está en empate técnico (dentro del margen de error a 3 puntos más o menos según quien mida y la metodología aplicada), así que como dirían mis amigos de consultoría en tierra: la elección está en tierra y la tierra es de quien la trabaja.