Por: Leovigildo González
Desde el inicio de la administración de Alfredo Ramírez Bedolla, quien se impulsó para Morelia desde Morena fue a Luis Navarro, el cual mostró públicamente que le gustaría estar en las boletas electorales este 2024.
La apuesta de Bedolla para el Senado siempre fue Carlos Torres Piña, nunca observó los acuerdos que generó Raúl Morón, para que su designación ni siquiera pasara por el mandatario estatal, y lejos de eso, el ex secretario de Gobierno quedara fuera de la contienda.
Fueron designaciones funestas para los bedollistas, sin lograr formar un cuadro importante para la sucesión al Gobierno de Michoacán, tuvieron que replantearse quien pudiera buscar Morelia y desde ahí relanzar una nueva «estrategia».
Así que Navarro, se hizo a un lado para dejar pasar a Torres Piña quien encuestas en mano afirma darle batalla a Alfonso Martínez, el activo más fuerte de la oposición en Michoacán, alcalde de Morelia en dos ocasiones.
En el camino también quedó Juan Carlos Barragán, el único diputado de Morena en Morelia, alguien que presume de tener estructura, y aunque hay una designación, los agravios van más allá de lo que se pública.
Bedolla tuvo una batalla ganada, pero quebró cosas, no negoció lo suficiente y dejó cabos sueltos en el afán de imponer a sus fieles.
Torres Piña no tiene nada fácil ganar Morelia, en frente tiene un perfil que conoce a cabalidad la ciudad, que ha ganado incluso de independiente, y que no es un neófito al momento de hacer política a todos los niveles.
Hay que recordar que Morelia no solo es la Avenida Camelinas, ni el Centro Histórico, dentro de la ciudad hay tenencias, colonias, y un sin fin de necesidades.
Hoy, el Gobernador tiene una batalla ganada dentro de Morena, que la disfrute lo que le dure, lo cual no parece será mucho tiempo.