Acapulco: Hacia una respuesta unificada a desastres

Por: David X. Rueda

Desde la época prehispánica hasta la lucha por la independencia, la importancia del Puerto de Acapulco ha quedado plasmada en un sinnúmero de documentos históricos. A partir del inicio del siglo XX el nombre de Acapulco ha retumbado en los oídos de entusiastas del cine y turistas por igual. Sus playas, sol y mar, no sólo han sido escenario de vacaciones, sino también de grandes producciones cinematográficas que han traspasado fronteras. Películas como “Fun in Acapulco”, protagonizada por el icónico Elvis Presley, aprovechó la fama del lugar porque en realidad no se filmó en ese puerto o “Tarzán y las sirenas” con Johnny Weissmuller y otras producciones, llevaron la belleza y el encanto de Acapulco a salas de cine alrededor del mundo y sin duda influenciaron a que en otros países se conociera de la existencia de nuestro país. Estrellas de la talla de Elizabeth Taylor, Frank Sinatra y Brigitte Bardot fueron atraídas por la magia de este rincón tropical, consolidando aún más su fama internacional.

En paralelo a esta proyección cultural y turística, México ha experimentado un desarrollo significativo, alcanzando la posición de decimocuarto en la jerarquía de economías más robustas globalmente. La expansión de sectores clave como la agroindustria, automotriz y manufactura han impulsado su perfil en el mercado internacional.

Ahora, con el imprevisto surgimiento de desastres naturales que azotan diversas regiones, es esencial que México enfoque sus recursos y experiencia en la creación de una entidad autónoma dedicada a la gestión de estas crisis con eficiencia y celeridad. Al igual que organismos como el INE, el INAI o el Poder Judicial, este nuevo ente debe reunir a los especialistas más destacados en el manejo y respuesta a desastres naturales. La capacitación y profesionalismo de estos expertos será fundamental para garantizar una respuesta adecuada ante cualquier eventualidad.

La propuesta deberá de ser financiada a través de un fideicomiso, similar a los ya existentes, pero con la particularidad de ser intocable por el Estado. Este fondo deberá ser alimentado anualmente, vía el Presupuesto de Egresos de la Federación, asegurando así que, en momentos de crisis, los recursos estén disponibles para ser utilizados de manera inmediata. Más aún, este nuevo órgano autónomo especializado en el ámbito de atención a desastres naturales, deberá de absorber todas las representaciones de lo que actualmente es Protección Civil desde los ámbitos federal, estatal y municipal, lo cual facilitaría el despliegue de una infraestructura ya establecida.

En conclusión, México tiene una deuda con Acapulco y otras urbes afectadas por desastres, de forjar un organismo que no solo brinde protección y respuesta eficaz, sino que también promueva el desarrollo profesional de quienes se especializan en este campo. Como nación, es nuestro deber abordar esta misión con seriedad y dedicación.

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