LIBRE EXPRESIÓN…
Por: Carlos Alberto Monge Montaño.
“Pero el poder -como el amor- es de doble filo: se ejerce y se padece”. Gabriel García Márquez (1927 – 2014) Escritor y periodista colombiano.
Finalmente renunció a la secretaría de Gobierno de Michoacán, Carlos Torres Piña y llega en su lugar, el médico Elías Ibarra Torres.
El movimiento obedece, en estricto sentido, a la búsqueda del oriundo de Paracho a ser candidato a senador por Morena y luego procurar las circunstancias para ser el sucesor de Alfredo Ramírez Bedolla. Parece lejos, pero en política no se da paso sin huarache.
El enorme problema para Torres Piña es que disputará la candidatura con Raúl Morón Orozco, quien al momento parece llevar mano por su cercanía con la candidata presidencial Claudia Sheinbaum. Su búsqueda parece cuesta arriba, en especial por la disputa, revancha, encono y animadversión que cargan dos tribus al interior de Morena en la entidad.
Por un lado, Alfredo Ramírez y Torres Piña, por el otro Raúl Morón y Leonel Godoy. Apenas el pasado fin de semana en el evento de la toma de protesta a los comités de defensa de la Cuarta Transformación, al hacer uso de la palabra, el gobernador del estado motivó una disputa a gritos entre sus seguidores y oponentes. Por un lado, el “Bedolla, Bedolla” y por el otro el “R21, R21”.
Difícilmente podrán saldar sus enconos y dejar de lado sus revanchas, al final siguen operando como las tribus donde se formaron en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y en su futurismo, no sólo está en juego ser senador, sino gobernador de Michoacán.
Así que, se van a dar hasta con la cubeta, Morón, Godoy y seguidores insistirán en exigir piso parejo y Ramírez Bedolla en apoyar a Torres Piña, así que no se ve cómo logren unidad, por lo menos no en torno a alguno de ellos. Como suele pasar en estas disputas intestinas, no se descarta un tercero en discordia o que se quede con todas las canicas el que traiga más poder. Veremos.
Mientras tanto, el médico Elías Ibarra Torres asume una responsabilidad que cotidianamente es complicada. Llega en un momento donde la relación del mandatario estatal y los partidos políticos no pasa por buen momento.
Ramírez Bedolla ha decidido imitar a Andrés Manuel López Obrador en varios asuntos, uno de ellos el menospreciar el diálogo con sus adversarios. Por ejemplo, declaró que no instalaría una mesa de gobernabilidad y seguridad con las dirigencias partidistas con motivo del proceso electoral. Luego reculó.
Así que Ibarra Torres además de atender la política interna de la entidad y estar pendiente de los asuntos de seguridad y manifestaciones sociales, debe poner a funcionar toda su estatura política para contener, corregir y evitar errores del mandatario estatal.
Un secretario de Gobierno, sin duda, es una pieza clave para que el mandatario en turno no se embriague de poder, no se suba en el tabique y no motive disputas innecesarias. Basta echar un vistazo al pasado en Michoacán.
Elías Ibarra ha sido secretario de Salud al inicio del gobierno de Silvano Aureoles y en el inicio del de Alfredo Ramírez. También ha sido alcalde de su natal Huetamo y diputado local por el PRD.
En su paso por la Legislatura local se le reconoció como un hombre trabajador, que se prepara, mesurado y sin afanes protagónicos, parece que tiene los elementos para hacer un buen trabajo, veremos si cumple o de plano, se sacó la rifa del tigre.
Además, no se pierda de vista que ya se acabó la etapa de romance del gobierno que encabeza Ramírez Bedolla y llegó la de la consolidación con el riesgo de repetir historias de las administraciones del pasado, que se descompusieron a mitad de camino.
Mucho tiene que ver con la incapacidad del gobernante para mantenerse ecuánime, pero también a las deficiencias del equipo de trabajo que suelen agudizarse en torno a procesos electorales, cuando los integrantes más destacados, salen a la búsqueda de un cargo electoral. Veremos.
Por lo pronto, empezó la desbandada del gabinete de Alfredo Ramírez.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.