LIBRE EXPRESIÓN…
Por: Carlos Alberto Monge Montaño.
“De los males, debemos escoger el menor”. Aristóteles (384 a.C. – 322 a.C.) Filósofo griego.
Serán Xóchitl Gálvez Ruiz y Claudia Sheinbaum Pardo las que disputarán convertirse en la primera mujer que encabece la presidencia de México. Las circunstancias advierten que sí hay tiro, que cualquiera puede ganar, aunque de momento, la ventaja es de la candidata oficial.
Hace tres meses la oposición, identificada como Frente Amplio por México, no daba señales de vida, pero surgió Xóchitl y atrapó la atención y esperanza de un importante número de ciudadanos hartos del gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
El posicionamiento de Gálvez Ruiz, se lo debe, en buena medida, al cúmulo de errores del inquilino de Palacio Nacional que primero la insultó y luego le negó el derecho a réplica en su mañanera.
Xóchitl aprovechó la circunstancia y superó a las propias estructuras de los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática. Encontró la manera de sumar a buena parte de la marea rosa que semanas atrás, salió por iniciativa propia a defender la democracia y sus instituciones como el INE.
Cargará con el error de la cúpula partidista, que no permitió se desarrollara la contienda interna a plenitud y terminaron bajando de la competencia en la recta final, a Beatriz Paredes.
Sin embargo, parece que quedan lo suficientemente cohesionados para respaldar a Xóchitl Gálvez y alcanzar los acuerdos pertinentes para repartirse el pastel de las candidaturas, donde, por cierto, pueden ganar argumentos para competir o echarlo todo a perder.
Por el lado oficialista, se confirmó la crónica de un resultado anunciado, Claudia Sheinbaum, la consentida de López Obrador, resultó ganadora de un proceso interno que deja fracturas por la cargada y majadero abuso de recursos públicos en favor de la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México.
Por más que se mantiene como la favorita para ganar, según la mayoría de las encuestas que se conocen, tendrá un camino difícil. Para empezar, se le complica generar empatía y despertar la pasión electorera. Su paso por la capital del país dejó una percepción de corrupción e incapacidad, como ejemplo mayúsculo, la tragedia en línea 12 del Metro que dejó 26 personas muertas y 80 heridas.
Además, deberá solucionar la crisis interna en Morena, especialmente con Marcelo Ebrard, lo que será bastante complicado, considerando que su único liderazgo es el que le puede arrimar López Obrador y ya fuera del poder, perderá fuerza.
Vale destacar que ambas surgen de procesos internos simulados. Ambas estarán en riesgo ante las denuncias de opositores por haber participado de procesos donde evidentemente se anticiparon a los tiempos electorales.
No se puede descartar que el propio López Obrador opere alguna traición para bajar a Claudia Sheinbaum y consecuentemente a Xóchitl Gálvez, con los mismos argumentos de procesos anticipados y si las encuestas advierten que está en riesgo mantener el poder.
Falta mucho por ver, pero, sin duda, hay tiro.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.