Por: Leovigildo González
Lo sucedido el fin de semana en la Tierra Caliente de Michoacán, sin duda, debería prender los «focos rojos» de las autoridades ya que podría escalar a todo el estado, los grupos criminales han mostrado capacidad de movilización y fuerza.
En las últimas dos décadas hemos visto como cárteles han desafiado al Estado Mexicano, lo hacen no solo al atacar a las fuerzas de seguridad, también a la población en general.
Aunque ahora parece que la violencia está focalizada en Buenavista Tomatlán, Apatzingán y por momentos en Uruapan, lo cierto es que eso podría escalar, la «guerra» de los grupos delincuenciales también es por el cobro de «cuotas» que es donde pueden financiar para seguir con su «lucha» por el territorio.
El narcotráfico dejó de ser uno de los principales ingresos, también ahora se extorsiona desde el empresario más poderoso, hasta personas con pequeñas tiendas de abarrotes, todos en su dimensión pagan para no ser molestados, ante el miedo, evidentemente no denuncian.
En medio de la pugna delincuencial, al municipio de Hidalgo lo dejaron por más de un mes sin carnicerías, atacaron el rastro municipal y amenazaron con quemar ese tipo de comercios, todo, por el cobro de cuotas que se reflejaban en los altos precios del producto.
Uruapan, también ha vivido hechos de violencia, el transporte público ha sufrido los embates de la delincuencia, las tortillerías, y no se diga los «giros» rojos, en los cuales ya está normalizado el pago por funcionar.
El desafío que han mostrado los grupos delincuenciales es brutal, la capacidad de reacción, es una muestra de que a pesar de la presencia del Ejército o la Guardia Nacional tienen capacidad para generar violencia, así lo vimos en Apatzingán y Uruapan el domingo.
De poco va a servir si se mandan más militares, deben haber una estrategia integral para ubicar a los generadores de violencia, algo que no parece sencillo.
Apatzingán es la muestra de que el limón no puede distribuirse sin pagar, todo, bajo la sombra del miedo que imponen los delincuentes como lo hemos visto.