Por: Miroslava Escobedo Leyva
Marzo es el mes en que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, en el que mayormente hablamos de sororidad, sí como esa relación de solidaridad entre las mujeres en el camino hacia su empoderamiento, de una hermandad que nos une en la incansable batalla por el reconocimiento de nuestros derechos.
Cada vez más mujeres alcanzan posiciones de poder y representación popular, alcanzando puestos de decisión importantísimos en la lucha contra la desigualdad, rompiendo viejos esquemas que nos mantenían en una posición de desventaja.
Sin duda, por siglos las mujeres nos mantuvimos en el ámbito privado con actividades muy limitadas, hoy somos parte de lo público y sólo así alcanzaremos la igualdad, a través de la independencia económica y de tomar cada vez mayores espacios de representación política y decisión.
Para lograrlo, debemos romper el pacto antiguo, y generar una nueva alianza basada en el respeto y en el reconocimiento de los derechos de las mujeres, abandonar esos patrones que nos colocaban en una posición de subordinación, propiciando incluso rivalidad y competencia entre nosotras lo cual refuerza las estructuras del machismo.
Transformemos ese pacto por uno en el que construyamos juntas a partir de nuestros intereses comunes, quitando obstáculos para quienes vienen detrás de nosotras, generando puentes que nos permitan avanzar en todos los espacios, sí el Estado deja de lado su versión más patriarcal tomará un papel más protagónico en esta lucha por alcanzar la deseada igualdad.
¡Todas las mujeres, todos los derechos, todos los días!