Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer

Por: Marco Tavira


Nuestra opinión honesta de la serie que hoy es top 1 en varios países.

Corren tiempos en los que la locura, la violencia, y la criminalidad en el mundo, parecen no detenerse y cada vez conocemos de casos que nos dejan perplejos. Pero casos escalofriantes como el de Jeffrey Dahmer, psicópata y asesino serial conocido como el carnicero de Milwaukee, pocos.

Entre 1978 y 1991 este monstruo cazó, asesinó, descuartizó y, en algunos casos se alimentó de sus víctimas: jóvenes homosexuales, incluso a algunos adolescentes, en su mayoría de raza negra, atrayendolos con el mismo modus operandis: llevarlos con engaños al departamento 213 del Edificio Oxford, lugar que alquilaba desde un par de años atrás, una vez en el lugar, les ofrecía alguna bebida, en la cuál previamente había introducido droga, para proceder después a asesinarlos arteramente, consumado luego sus deseos sexuales con ellos.

A principios de los años noventas, Dahmer fue detenido cuando Tracy (otro joven cazado por él) logra escapar del
departamento donde estuvo a punto de convertirse en su última víctima; aún con los efectos de la droga, corrió con todas sus fuerzas, y logró llamar la atención de dos policías que patrullaban cerca del edificio, les explicó lo ocurrido y los llevó de vuelta al tétrico lugar, al oscuro escenario de los crímenes, y cuando los policías estuvieron dentro descubrieron con sus propios ojos, lo que tantas veces denunciaron los vecinos del edificio, en especial la angustiada Glenda, una aterrorizada mujer que llamó en muchas ocasiones al 911 y denunció el fétido olor, y los gritos terroríficos que se desprendían del departamento de su vecino sin ser escuchada jamás.

Sinceramente, antes de ver, Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer, (creada por Ryan Murphy e Ian Brennan) tuve mis reservas; producción de Netflix de diez capítulos y, una historia sórdida y deprimente. ¡Pero vaya sorpresa me llevé!
¡Que buena serie! ¡Qué magnífica manufactura!.
Los directores se superan en cada capítulo y las actuaciones sostienen la serie por completo. El asombroso trabajo del protagonista Evan Peters como Jeffrey Dahmer es camaleónico, contenido y perturbador. Sin llegar a ser una caracterización, sí logra un parecido asombroso con el real Jeffrey Dahmer, el actor logra usurpar su atemorizante personalidad en una actuación magistral. Si el próximo año gana de nuevo el Emmy, indiscutiblemente será por demás merecido. El veterano actor Andrew Shaver como Lionel, el padre de Jeffrey, no demerita ante la actuación de Evan Paters, es sencillamente el plus de lo que se llama actuación. Logra con miradas y actitudes, meternos bajo la piel de un hombre atormentado, que se siente responsable del monstruo en que se ha convertido su hijo.

Más allá de los crímenes abominables y monstruosos de Dahmer, la serie es un viaje intenso a la psique de un psicópata, pero que en ningún momento intenta romantizar al asesino serial, ni busca que sintamos ni la mínima simpatía por él. Sin embargo sí ahonda en los posibles motivos —Que no tienen justificación—por los cuales un hombre llega a cometer tan atroces crímenes.


Con una atractiva y novedosa narrativa nos sube a una montaña rusa de sensaciones, así; un capítulo podemos escandalizarnos con la locura de las personas que aún conociendo las atrocidades que cometió este monstruo frío e indolente, se atreven a ser fanáticas y admiradoras de él, —apoyándolo incluso con dinero —Confirmando que gente estúpida hay en todo el mundo y en todas las épocas.
En otro capítulo podemos observar la niñez de este oscuro personaje, y es inevitable no pensar en algún niño, hijo de algun vecino, algún conocido o incluso familiar que en su entorno tenga cierto parecido a la infancia disfuncional de Dahmer si hablamos de bullying.

Es decir, la serie no se enfoca en mostrarnos los crímenes de Dahmer de manera gráfica, en cambio, sí nos muestra elementos que nos paralizan del terror dependiendo que tan fuerte sea tu estómago.
Me recuerda indudablemente el ambiente y la atmósfera lograda en Seven, película de 1995 de David Fincher.

Dahmer, no es fácil de ver, pero tiene destacados valores artísticos, un tema o historia muy sórdida, y una realización de primer nivel, y las actuaciones como ya lo mencioné, extraordinarias.

Para concluir; aunque vivimos en un país donde los crímenes y los homicidios son el pan de cada día, donde criminales vestidos de soldados descuartizan y disuelven en ácido a criminales vestidos de estudiantes por órdenes de otros criminales (narcotraficantes) y todo fue encubierto por criminales vestidos de políticos; la realidad mostrada en la serie nos deja con una sensación de desaliento, y desamparo. Que mundo más deprimente.
Muy recomendable.

whatsapp

Deja un comentario