Por: Francisco Huacus
El sufijo “ismo”, significa doctrina, escuela, movimiento. Cuando alguien se adhiere, se identifica con una causa, con un pensamiento o un personaje, cuando reconoce un liderazgo, una guía, se genera una identidad, en este caso, política. La obsesión que hoy tienen los morenistas, se llama Silvanismo.
Los más Silvanistas son los propios líderes de Morena, están tan centrados en su figura, legado y liderazgo, que todos los días hablan de él. El exgobernador aún está tan presente y tan fuerte, que todos los días son ellos mismos quienes nos lo recuerdan.
Los principales impulsores de su imagen y figura son aquellos que tanto dicen repudiarlo.
Todos han compartido en algún momento el pan y la sal con él, han trabajado con y para él, conocen su capacidad y visión. Los logros que hoy quieren contradecir solo logran poner a Silvano como el actor más importante e influyente en la vida política del estado, aún y a pesar de haber concluido su mandato hace meses.
Tanto lo extrañan, tan obsesionados están con su ausencia, que claman su presencia, lo quieren ver “aclarando” lo que ellos mismos desconocen, no hay argumentos sólidos en ninguna de sus declaraciones mediáticas, porque tanto es el miedo que tienen, que únicamente lanzan palabras al viento, pero como a Juárez…
Lo han difamado a él y a sus cercanos, pero no hay más cercanos que ellos mismos, los morenistas, cual sabuesos rastrean sus pisadas y buscan el escaparate que hablar de él les da. Porque si no hablan de Silvano, no tienen de qué más hacerlo.
Si el personaje en cuestión les respondiera una sola de sus fantasías, les otorgaría todo el reflector mediático que buscan, porque ellos solos no pueden, no les alcanza la estatura política (metafórica y literalmente).
Y Silvano, ¿Fue buen legislador, alcalde o gobernante? La respuesta es demasiado subjetiva. Fuera de filias y fobias, cada uno de nosotros tiene una respuesta distinta. Pero para sus antiguos allegados ahora morenistas, fue el trampolín perfecto para colocarse donde hoy están, le deben el poco nombre que han logrado, pero al parecer carecen de memoria y vergüenza.