Coliseo/ Jorge Osnaya
En 1924 se señaló el 30 de abril como el “Día del niño” en México, se tomó esa decisión en el gobierno de Álvaro Obregón, con el objetivo de reafirmar los derechos de los niños y crear una infancia feliz para un desarrollo pleno e integral. Los derechos de las niñas y niños, están mencionados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y en tratados internacionales, como la Convención sobre los Derechos del Niño.
Lamentablemente la aplicación de la ley queda muy alejada de la realidad, según estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México es el primer lugar en abuso sexual infantil con 5.4 millones de casos por año, por otro lado, el National Center for Missing and Exploited Children reveló que México se encuentra en el primer lugar mundial como emisor de pornografía infantil, cifras que entristecen y frustran, y que se constatan con casos como los que se viven en Acapulco, en donde se han denunciado las operaciones de bandas de pederastia, explotación, pornografía y turismo sexual de menores de edad.
Ahora, analicemos las cifras de un estudio presentado por la asociación civil Reinserta, que nos dicen que más de 30,000 niñas, niños y adolescentes son reclutados por el crimen organizado para realizar actividades delictivas como narcomenudeo, secuestro, vigilancia de casas de seguridad y sicariato. En ellos ven un recurso manipulable, de bajo costo y con su participación buscan evitar la detención de adultos. Es indignante imaginar que muchos de estos niños que deberían estar aprendiendo en un salón de clases, se encuentran practicando el uso de armas en la sierra.
Violencia familiar, entornos inseguros, adicciones, condiciones de inequidad, abandono, falta de valores y oportunidades, son algunos de los factores que desencadenan que niñas y niños vivan lamentables situaciones, que por ningún motivo les correspondería vivir. Las autoridades encargadas de proteger la infancia están rebasadas, es urgente implementar una política que prevenga y erradique de fondo las problemáticas por las que atraviesan las niñas y niños mexicanos.
Este 30 de abril no hubo nada que celebrar, más allá de eventos y entregas de juguetes por parte de los gobiernos, lo que queremos ver es interés, voluntad y compromisos reales para garantizar los derechos de la niñez, no se puede aspirar a tener paz en nuestro país, si se le sigue dando prioridad trenes y refinerías, hoy México está en deuda con su infancia.