Coliseo/ Jorge Osnaya
El fin de semana antepasado, vivimos un ejercicio inédito en nuestro país: la consulta de Revocación del Mandato. La cuál es un mecanismo que permite a los ciudadanos sustituir democráticamente y legalmente a los gobernantes elegidos popularmente, en este caso, en nuestro país, el que se sometió fue el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Las cifras oficiales del INE nos dicen que participaron poco más de 16 millones de mexicanos, de los cuales 1, 063, 209 votaron a favor de que fuera recovado, 15, 159, 323 votaron a favor de que continúe su mandato y 280, 104 anularon su voto, hubo una participación ciudadana del 17% del padrón electoral.
Claro que se debe celebrar la realización de este ejercicio de democracia participativa y claro que los 16 millones de votantes que asistieron a las urnas, es una muy buena participación, inclusive con 15 millones de votos se puede ganar una elección presidencial en México.
¿Pero qué habría pasado si hubiese votado más del 40% en esta consulta, y hubiera ganado la revocación?
Sencillo, el presidente no hubiera sido revocado, debido a la irretroactividad de la ley, no se le puede aplicar una ley posterior a un hecho anterior, es decir, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador fue electo, no existía la Revocación de Mandato en México, por lo tanto, no le puede aplicar, tal como pasó, cuando se votó y aprobó la reelección de diputados federales, los que aprobaron esa reforma, no podían reelegirse en el siguiente período o como sucedió con el exgobernador Jaime Bonilla, cuando buscó ampliar su mandato de 2 a 5 años en el Estado de Baja California.
Un simulacro se define como una acción que se realiza imitando un suceso real para tomar las medidas necesarias en caso de que ocurra realmente, lo que atestiguamos el domingo 10 de abril, fue la antesala de poder vivir en próximos sexenios, una revocación de mandato que sí pueda ser vinculante, lo que sin duda representa una gran herramienta para la ciudadanía, para poder quitar a representantes populares que no hagan un buen ejercicio desde el gobierno.