Tinta y rebeldía.
Por: Ar Mendoza
El proceso de Revocación de Mandato ha dividido la opinión pública los últimos meses, generando diversas discusiones, debates y polémica. No es de extrañarse puesto que es un mecanismo novedoso para la incipiente democracia mexicana en donde las decisiones las han tomado las cúpulas empresariales y políticas.
Sin embargo, las consultas ciudadanas están en pañales en nuestro país, puesto que el Instituto Nacional Electoral (INE), los partidos políticos y las organizaciones civiles, no han contribuido en generar información respecto a ese tema. Destacando que es un trabajo “hormiga”, donde se debe detallar con punto y coma en qué consisten los procesos de democracia participativa.
Los partidos políticos, por su parte, deben reflejar el pluralismo político y la promoción de la democracia participativa, no obstante, los institutos políticos de oposición no han entrado de lleno al impulso y a la participación de cara a la Revocación de Mandato, aseverando que es un capricho del Presidente de la República y no un mecanismo emanado desde la ciudadanía.
A lo anterior debemos de sumar la poca o nula participación por parte del INE, poniendo de pretexto la falta de presupuesto para llevar a cabo el proceso de Revocación de Mandato, sin embargo, no han informado ni el qué, ni el cómo, ni el cuándo respecto al proceso electoral del 10 de abril.
Lo sorprendente radica en el doble discurso y en la hipocresía de los partidos políticos de oposición, particularmente el PRD, el cual ha impuesto quejas ante el INE por los espectaculares colocados en distintos puntos del Estado de Michoacán con la imagen de Andrés Manuel López Obrador, pero nunca criticando los excesivos gastos en propaganda, aeronaves y seguridad por parte del nefasto gobierno de Aureoles Conejo.
Asimismo, han guardado silencio en los gastos superfluos en propaganda de la administración de Alfonso Martínez Alcázar, alcalde de la capital michoacana y emanado del PRD y del PAN.
La oposición no tiene margen de maniobra dentro del proceso de consulta popular, su estrategia carece de credibilidad y de argumentos. En lugar de subirse al “tren del mame”, deberían aprovechar el tema, tomarle la palabra al Presidente de la República y utilizar dicho mecanismo para promover la revocación de mandato en contra de sus antagonistas en un futuro no muy lejano.
Una vez más, la participación ciudadana se ha visto manchada por la politización y la injerencia de grupos que intentan denostar la democracia en el país, así como sucedió con las candidaturas independientes. Por lo tanto, los ciudadanos deberemos esperar para ver cuál es el devenir de las consultas populares.