Por: Leovigildo González
La Policía Municipal es la corporación más endeble del Estado Mexicano, requiere de herramientas para hacer su trabajo, salario digno y capacitación, en Michoacán los elementos viven en precariedad y en medio de una pugna de cárteles.
Hace un par de semanas, los uniformados de Irimbo no acudieron al llamado de auxilio luego de un enfrentamiento de sujetos armados con Policías Ministeriales, pudieron ser muchos los motivos, la realidad es que hubiera sido imposible hacerle frente a un grupo del crimen organizado con pocos elementos.
Hay municipios en Michoacán que el salario de sus policías no rebasa los cinco mil pesos mensuales, no portan chalecos antibalas, las patrullas son viejas e inservibles, y las armas en nada se comparan a los «cuernos de chivo» que por lo general portan integrantes del crimen organizado.
En el 2019, solo el 30 por ciento de los policías municipales estaban certificados, lo que muestra que no es un tema de importancia en los Ayuntamientos.
El claro ejemplo es Aguililla, que cuenta con una corporación de 14 policías, solo uno está certificado y puede portar armas, los demás, ni siquiera han podido realizar el proceso para hacerlo, incluso huyeron ante la irrupción de un cártel.
La situación no es menor, en Maravatío, un policía de tan solo 22 años murió al ser alcanzado por una bala de AK-47 cuando enfrentaron a un grupo armado, de nada sirvió traer chaleco antibalas.
Michoacán atraviesa por una ola de violencia marcada por homicidios, secuestros y extorsiones, ante corporaciones débiles que poco pueden hacer para contener a los grupos criminales.
En Chinicuila, los policías municipales huyeron ante el acecho de un grupo criminal, la capacidad de contenerlo era raquítica.
Morelia, es el único municipio que es la excepción, tiene una corporación fuerte y certificada, además de que gozan sus elementos de salarios por encima de la media nacional.