Por: Staff
Los altos precios del limón, que ha llegado a superar los 100 pesos por kilogramo, no solo se explican por los incrementos en fertilizantes o fenómenos climatológicos. En Michoacán, el segundo productor nacional del fruto, las extorsiones y la violencia del narcotráfico que azota al estado desde hace sexenios han encarecido el precio del cítrico, así como el del aguacate.
Agricultores entrevistados por Expansión Política reconocen que desde hace años pagan “un impuesto informal” para que se les permita cosechar sus limones, aguacates, piñas o papayas, pero en las últimos meses, ser productor se ha convertido en una actividad de alto riesgo por las amenazas y extorsiones que sufren de organizaciones como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Cárteles Unidos.
El presidente la Asociación de Citricultores Del Valle de Apatzingán, A. C., Bernardo Bravo, asegura que no es nuevo para los agricultores pagar una cuota para que se les permita realizar sus actividades, aunque sostiene que ésta varía de región en región.
“Hay cobros desde hace tiempo, porque tú te encuentras con estas gentes y te piden… De que hay una afectación de la violencia, pues sí, todos los productores hemos sido afectados, no es novedad, tiene años”, afirma el dirigente de limoneros que abarcan las zonas de Apatzingán, Buenavista, Tepalcatepec, Aguililla y Múgica.
Juana Francisca Reyes, agricultora y habitante de Tepalcatepec, asegura que tan solo en esa zona se dejaron de sembrar más de 6,000 hectáreas de limón porque agricultores se vieron amenazados por grupos del crimen organizado.
“Como estaban estas personas en los predios, en las huertas, no se podía trabajar porque se corría el riesgo de que la gente fuera atacada, prisionera, y eso impidió que se realizara la producción y cosecha. El limón se quedó tirado”, explica.
Cada cosecha, quienes se dedican al limón saben que sí o sí deben pagar un “impuesto informal” que entre todos es requisito para sembrar, cuidar y cosechar.