Por Araceli Saucedo Reyes
En todos los espacios de la vida publica o privada, la mujer ha sido tratada como objeto, el patriarcado ha hecho del acoso una conducta permanente y normalizada, en la que el hombre abusa del poder para controlar a la mujer con la finalidad de obtener prebendas sexuales.
Todas conocemos a alguien que ha sido objeto de acoso sexual, en la oficina gubernamental, en los espacios políticos, en las empresas, en las escuelas, en la calle, en todo aquel lugar en el que el hombre aprovecha su posición de poder o de ventaja para intentar obtener un beneficio íntimo, agrediendo la dignidad y la libertad de las mujeres.
Es cansado y desgastante que sujetos medievales (sin importar su nivel socioeconómico o académico) quieran imponerse sobre una mujer, empiezan con palabras que ellos creen son halagos, continúan con bromas, piropos o comentarios corrientes y ofensivos, hay otros peores que envían imágenes sugestivas o pornográficas, hasta llegar al punto en el que sin pudor alguno condicionan espacios laborales, oportunidades o el estar y/o caminar tranquilas por la calle a cambio de pasar el “rato juntos”.
En México hay avances en materia legislativa para combatir la conducta del acoso, se han realizado reformas en materia penal, sin embargo, aún falta establecer mejores y más fáciles procedimientos para denunciar, prohibir la mediación, pero principalmente es urgente el cambio de mentalidad, es necesaria la evolución del pensamiento, alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres, así como evitar la discriminación y violencia por razones de género.
Previo al Día Internacional de la Mujer y de manera permanente, las mujeres debemos alzar la voz, denunciar y seguir luchando por nuestras libertades, la igualdad, la no discriminación y contra la violencia por razones de género.
No más acoso, no más violencia contra las mujeres.
Araceli Saucedo, Presidenta de la Asociación Civil, Mujeres Apoyando Mujeres MAM.