Por Bryan LeBarón
Este fin de semana tuve la oportunidad de visitar el estado de Veracruz, específicamente fui a Xalapa, con un clima frío, pero con gente muy cálida, llena sí de esperanza, pero que se encuentra en medio del fuego cruzado de la corrupción, y es que hay tantas ilegalidades a simple vista, que duele que no se haga nada.
Entre muchos problemas que nos denunciaron se encuentra la indolencia y un liderazgo tan tibio del gobernador Cuitláhuac García, que no permite se den los cambios necesarios, que se esconde detrás de los alegatos de golpeteo político, o que quiere convencer de que heredó los problemas, como si fuera excusa suficiente.
Tal vez, dándole el recurso de la duda, recibió un estado colapsado, pero hay algo que no puede dejar de lado, desde el día que recibió la encomienda de gobernar Veracruz, ya es su responsabilidad que la situación mejore, y hasta hoy, en voz de sus habitantes, no se ven avances en ninguna materia.
En Veracruz existe una figura legal de lo más atroz que puede existir en el país y estoy seguro que en el mundo. Las policías pueden detener a cualquier gente argumentando “ultrajes a la autoridad”, es decir, a criterio de los encargados de la seguridad, pueden encarcelar a cualquier veracruzano.
Bajo esta figura hay miles de detenidos, y los testimonios no son pocos. Basta detenerse a platicar un poco afuera del Centro de Readaptación Social de “Pancho Viejo”, para darnos cuenta de todos los atropellos que tienen a inocentes encerrados.
Existe un movimiento que ha decidido mover lo que sea necesario para eliminar esta figura, y el principal interesado debería ser el gobernador, ya que hay que recordarle su juramento de proteger a los veracruzanos y velar por la justicia.
Si embargo, Cuitláhuac García, ha decidido gobernar dentro de su Palacio personal y descalificar esta figura al señalar que “40 jefes de plazas saldrían libres si se deroga el delito de ultrajes”, lo cual asombra y da miedo acerca de su forma de trabajar.
El gobernador tiene identificados a criminales peligrosos, de acuerdo a sus dichos, debe tener todo documentado y con pruebas, lo más lógico sería que fuera capaz de procesar a estos delincuentes por sus verdaderos delitos como pueden ser delincuencia organizada, secuestro, extorsión, narcotráfico, y no por “ultrajes a la autoridad” que haga lo correcto para que miles de inocentes no paguen por los actos de 40 criminales.
Cuitláhuac García acaba de demostrar el tamaño de corrupción que existe en la entidad. Por ultrajes detienen por igual al sicario que al muchacho que insulta al policía. Esta figura tan arbitraria da a entender que la usan a conveniencia. Atrapan y luego investigan. No hay ningún argumento que valga, para que siga vigente.
Cabe recordar que en enero pasado, el gobernador se había comprometido a derogar dicha ley en el marco de la recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, por el caso de 6 jóvenes presos en Xalapa; ahora, el mismo mandatario ya pone “peros” y “trabas” quizá ya le vio la utilidad de usar a su criterio, la fuerza policial. Para no ser autoritarios, demuestran todo lo contrario,
Además, que nivel de corrupción tan peligroso, el saber que la Fiscalía es incapaz de generar una sólida investigación, o adherirse de las pruebas pertinentes para armar un expediente de 40 criminales peligrosos, que no están cárceles de máxima seguridad, y gozan de la simpatía del gobernador, para quien al parecer, son intocables.
Pareciera decir “¡Qué importa la vida de miles, debemos ver por 40 criminales peligrosos!” Deróguelo, y no permita que salgan, haga lo necesario, hasta su Presidente López Obrador ya ha trabajado por liberar inocentes, o ¿les debe algo?
Por cierto…
Desde este espacio mi respaldo al Movimiento por la Justicia, creo será el inicio de una gran oleada de solidaridad. Abogados entrando a defender casos de veracruzanos presos de forma injusta, es muy loable y admirable.
Seguiremos alzando la voz para que, desde Estados Unidos, se revisen el tema de los gobernadores que están bajo sospecha de estar coludidos con criminales, y les quiero subrayar que no es contra ellos, es a favor de la gente. Ya no queremos más víctimas en el país.
Quiero reiterar mi apoyo a José Manuel del Río, una víctima más del gobierno veracruzano. A su familia, amigos, y aliados, los felicito por esta cruzada, que sé, será ejemplo para defender a cientos de miles de mexicanos.