Por: Raúl Ramírez Bribiesca
Cada vez que se menciona la palabra estrés, algunos visualizamos una imagen mental de una persona gesticulando algo similar a una combinación de ansiedad, preocupación y frustración, o inclusive en ocasiones hasta una de sus representaciones más dramáticas donde alguien se está jalando los cabellos de la cabeza.
En la actualidad varios autores han intentado definir el estado de estrés, y aunque no han logrado ponerse de completamente de acuerdo, sin duda concuerdan en uno o más puntos clave, de entre todas las conceptualizaciones que existen por ahí, una de las más completas viene de la mano de Bruce McEwen (reconocido especialista en neuroendocrinología) quien lo describe como: “un estado mental que surge ante una amenaza real o supuesta a la integridad fisiológica o psicológica de un individuo que resulta en una respuesta psicobiológica y/o conductual”.
Sin importar cuál sea la imagen que se te venga a ti o qué tan familiarizado estés con este concepto, puedes estar seguro de que en algún momento lo has sufrido en mayor o menor medida, del estrés no se salva nadie, ni los animales, ni las plantas, ni ningún ser vivo en general. De hecho está comprobado científicamente que cualquier organismo vivo sufre un conjunto de alteraciones como respuesta física a diferentes estímulos externos¹, por lo que intentar evitarlo es prácticamente imposible, a lo más que podemos aspirar es a atenuar sus efectos.
Sin embargo el estrés, contrariamente a lo que nos dicta nuestro sentido común, no es intrínsecamente malo, inclusive puede ser algo benéfico para nuestro organismo, la diferencia entre el estrés perjudicial y el “buen” estrés también llamado eustrés, radica básicamente en el nivel y frecuencia en el que lo estemos experimentando.
Llegados a este punto, probablemente te estés preguntando en qué casos el estrés puede ser provechoso para nuestro organismo y en que otros no, la respuesta se detalla a continuación:
Estrés positivo:
Los episodios de estrés bajo y moderado que se presentan sólo esporádicamente, se consideran benéficos, puesto que activan nuestros mecanismos de defensa y nos ponen en estado de alerta, esta respuesta biológica ante los elementos estresores nos permite hacer frente a las exigencias que el medio externo nos demanda.
Estrés dañino:
Experimentar continuamente niveles más elevados de estrés puede provocarnos desequilibrios fisiológicos y emocionales, lo cual debilita el sistema inmunológico² y contribuye al desarrollo de distintas enfermedades físicas que van desde una leve gripe, diabetes, insomnio etc. y en casos extremos hasta un infarto, también puede traer efectos psicológicos adversos, como trastorno del sueño, ansiedad, depresión³ etc.
Como puede observarse, el estrés puede manifestarse en distintos niveles y este puede ser generado por diversos factores, por ejemplo: un divorcio, perder el trabajo, deudas económicas, problemas laborales etc. Es importante recalcar que cada individuo reacciona de forma diferente ante estos elementos de tensión, habiendo algunos que se vean sumamente afectados por los mismos problemas que a otros apenas los perturben, esto se explica porque básicamente cada persona tiene una tolerancia distinta a los problemas y también una manera única de afrontar los cambios y exigencias de su entorno.
Un nuevo tipo de estrés: el laboral.
Desde hace ya varias décadas se considera al estrés como una enfermedad más recurrente y propia de la sociedades actuales, esto último no significa que no existiera en épocas muy anteriores a la nuestra, de hecho se tienen registros que evidencian el uso de esta palabra en textos científicos que datan del siglo XIV, es solo que hasta hace poco más de medio siglo no era una enfermedad tan relevante, extendida y estudiada como lo es hoy día. Esta renovada e infame reputación se la ha ganado con creces debido al resultado de numerosas investigaciones, relativamente recientes, que demuestran la relación existente entre el estrés y una nutrida lista de enfermedades como la osteoporosis, hipertensión arterial, aterosclerosis e incluso algunos tipos de cáncer⁵.
Como consecuencia del aumento e intensidad de los casos de estrés en nuestra sociedad, y la estrecha relación que estos guardan con las enfermedades que afectan la salud de las personas, la Organización Mundial de la Salud propuso al estrés como una de las enfermedades del siglo XXI.
Ahora bien, para entender cómo es que el estrés ha ganado mayor terreno como enemigo de la salud pública en la época actual, conviene echar un vistazo a los factores que lo provocan.
Las principales causas del estrés de acuerdo con el estudio publicado en el Whole Living Journal son:
1.- Factores económicos
2.- Sobrecarga de trabajo
3.- Nula o poca satisfacción laboral
4.- Relaciones personales
5.- Falta de atención a la familia
6.- Falta o escasez de tiempo libre
Si observamos detenidamente el listado, los primeros tres elementos tienen una relación directa con el contexto laboral, es decir que tomando como referencia esta lista, la mayoría de los problemas que provocan estrés vienen de nuestro trabajo, o sea, las actividades que realizamos día a día para proveer de un sustento económico.
Como consecuencia del reconocimiento de esta nueva tipología de estrés derivada del trabajo y del aparente incremento de su incidencia entre los trabajadores de las economías avanzadas, surgió la necesidad de acuñar un nuevo término que describiera y diferenciara esta nueva faceta del estrés relacionado al ambiente de trabajo con respecto del estrés “normal”, naciendo así el concepto de estrés laboral.
El estrés laboral se define como aquel que se produce debido a la excesiva presión que tiene lugar en el entorno de trabajo, este puede ser puntual o crónico. Generalmente es consecuencia del desequilibrio entre la exigencia laboral (o propia) y la capacidad o recursos disponibles para cumplirla eficientemente.⁶
Atendiendo a la definición anterior se intuye que es cada vez más importante conocer y entender los efectos del trabajo sobre la salud de las personas, y en concreto encontrar los medios que permitan prevenirlo o al menos reducirlo, esto con el objeto de contar con una fuerza de trabajo productiva, motivada y saludable.
Comentarios finales
Lamentablemente cualquier forma de empleo, en el área que se te ocurra, incluye una dosis de estrés laboral, que como ya habíamos referido, puede variar en un rango muy amplio, que puede ir desde relajado, moderado, hasta altamente estresante.
A esto podemos agregar que prácticamente en ninguna de las organizaciones, ya sea de productos o servicios, pública o privada existe una cultura de trabajo orientada a mantener un equilibrio entre el bienestar del empleado y la consecución de los objetivos organizacionales, la realidad es en efecto diametralmente opuesta.
Este interés de priorizar los objetivos de la empresa por encima del bienestar del trabajador responsable, es explicable fácilmente, ya que un trabajador es siempre reemplazable por otro, por lo tanto su desgaste físico, emocional y mental no es tomado en cuenta. Lo irónico del caso es que esta forma de pensar, quizás ignora los resultados de diversos estudios que demuestran que el estrés laboral es uno de los principales problemas que sufren casi el 45% de los trabajadores en todo el mundo, y que por consecuencia de este entre el 50% y 60% de las bajas laborales están relacionadas con el mismo. Ello representa un enorme costo, tanto en sufrimiento humano como en perjuicios económicos para las organizaciones.⁷
Por ello es importante que a través de la investigación científica se continúen explorando los mecanismos y las implicaciones del estrés laboral, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas y del desarrollo humano en sus distintas etapas, el estrés debe ser considerado como un blanco terapéutico para prevenir los efectos adversos que ocasiona a nuestra sociedad.
Quizás la cita de Hans Selye, «el hombre moderno debe dominar su estrés y aprender a adaptarse, pues de lo contrario se verá condenado al fracaso profesional, a la enfermedad y a la muerte prematura», sea más relevante hoy que nunca…
Algunas recomendaciones para evitar el estrés:
Reconocer cuando el estrés es un problema.
Revisa tu estilo de vida.
Construye relaciones de apoyo.
Come saludablemente y realiza ejercicio.
Tomate un tiempo libre y medita.
REFERENCIAS
1 El estrés no es solo cosa de humanos
https://culturacientifica.com/2016/11/03/estres-no-solo-cosa-humanos/
2 Does stress weaken your immune system? Prevention, abril 2020 https://www.prevention.com/health/a31816486/does-stress-weaken-immune-system/
3 Los efectos del estrés y su impacto en tu salud
https://psicologosoviedo.com/especialidades/problemas-laborales/estres-negativo/
4 Everson-Rose SA, Roetker NS, Lutsey PL, Kershaw KN, Longstreth WT, Jr., Sacco RL, Diez Roux AV, Alonso A. Chronic stress, depressive symptoms, anger, hostility, and risk of stroke and transient ischemic attack in the multi-ethnic study of atherosclerosis. Stroke 2014 45: 2318-23.
5 Impacto del estrés psicosocial en la salud
https://www.uv.mx/eneurobiologia/vols/2017/17/Herrera/HTML.html
6 El estrés laboral: definición, causas, consecuencias y cómo prevenirlo
https://prevecon.org/es/el-estres-laboral-definicion-causas-consecuencias-y-como-prevenirlo/
7 El estrés laboral no es solo un riesgo: es una enfermedad y la de mayor afectación en el ámbito laboral
https://www.seguridad-laboral.es/sl-latam/el-estres-laboral-no-es-solo-un-riesgo-es-una-enfermedad-y-la-de-mayor-afectacion-en-el-ambito-laboral_20201109.html