Por: Manuel Díaz
Si hay algo que reconocerle al compañero presidente y camarada Andrés Manuel López Obrador, es su facilidad para “hacerse el loco” cuando se evidencian actos de corrupción de él, de sus cercanos y de su partido, tal como sucedió recientemente con el tema de sus hijos y Sembrando Vida y los nuevos videos de su secretario particular.
Es tan hábil que sale fortalecido frente a acusaciones de corrupción respaldadas con evidencias irrefutables y, quienes por su actividad periodística, llámense Carmen Aristegui, Carlos Loret, Julio Astillero, Jorge Zepeda, Reforma, Universal, Milenio, El Sol de México, Heraldo o cualquier medio internacional, Washington Post, New York Times, Financial Times, El País, que se atrevan a denunciar los actos de corrupción de la 4T, es descalificado como por ser activista político en contra del interés supremo que él encabeza.
Cuando AMLO estaba en la oposición como dirigente del PRD, partido con el que llegó a ser jefe de Gobierno y dos veces candidato presidencial, aplaudía a Loret, a Mexicanos Contra la Corrupción, Brozo, El Universal, Proceso y a todos los medios que cuestionaban la corrupción de Peña, la guerra de Calderón, las estupideces de Fox, entonces eran lo mejor.
Cuando Loret denunció a Elba Esther Gordillo, cuando Aristegui y Mexicanos contra la Corrupción denunciaron la Estafa Maestra, la Casa Blanca o el socavón del paso exprés de Cuernavaca, cuando Brozo se traía de encargo a Peña Nieto y no lo bajaba de “Henry Monster” … en fin, cuando denunciaban corrupción y actos indebidos, eran magníficos.
Ahora, lamentablemente, estos periodistas, que continúan haciendo su trabajo, son lo peor, solo por atreverse a cuestionar la palabra del mesías.
Parece que AMLO aprendió la lección de 2004, año en que su “honestidad valiente” sufrió un fuerte descalabro cuando su secretario particular en la jefatura de Gobierno de la CDMX, René Bejarano y Carlos Imaz (Delegado en Tlalpan y entonces esposo de la que era su secretaria de Medio Ambiento, Claudia Sheinbaum) fueron “atorados” en las oficinas del empresario Carlos Ahumada recibiendo cantidades groseras de dinero, para la campaña presidencial de su jefe del 2006.
La fe ciega
Lección aprendida y con el poder que tiene su palabra sobre el pueblo, logra salir adelante de manera impune. Si bien AMLO “tragó saliva” estas dos últimas semanas por las denuncias en contra de sus hijos y de su secretario particular, ha salido del atolladero sin problemas y ya lo mandó al olvido.
Un reportaje de la revista Proceso, junto con Aristegui Noticias y CONNECTAS, documentó que el proyecto Sembrando Vida está beneficiando al empresario y amigo de la infancia de Andrés Manuel López Beltrán, Hugo Chávez Ayala y a la fábrica de chocolates Rocío que fundaron sus hijos apenas en 2018.
AMLO, como acostumbra, sin ofrecer datos para desmentir el reportaje, utiliza “su palabra” y la “fe ciega” de sus seguidores para descalificar a los mensajeros:
“Proceso y Carmen Aristegui nunca han estado a favor de nuestro movimiento yo sostengo que son independientes, pero independientes del pueblo, que nunca se han involucrado, nunca han hecho periodismo a favor del pueblo (…) Hicieron toda una investigación mentirosa, sin fundamentos, para buscar mancharnos con la máxima del hampa del periodismo, que la calumnia, cuando no mancha, tizna. Nada más hay que aclarar que no es cierto lo que están planteando en su reportaje”.
Así, sin un solo elemento ni comunicado oficial para refutar lo que expone el reportaje. Ya solo faltó que terminara con el coro de sus feligreses de la mañanera diciendo, esto es “Palabra del Señor”.
Días después de la denuncia que involucra a sus hijos, llegó otra igualmente lapidaría que muestra la corrupción de la 4T: en nuevos videos difundidos por Carlos Loret, fueron captados el secretario particular, Alejandro Esquer y la Oficial Mayor de Presidencia, Denis Vasto, en posesión de dinero en efectivo y participando en una operación “carrusel”, donde un grupo de seis personas con diferencia de unos cuantos minutos depositaban la misma cantidad de dinero en la misma sucursal bancaria. Esquer traía fajos de billetes atados con unas ligas, como en 2004 Bejarano e Imaz.
Se acumula la corrupción
Los actos de corrupción de sus cercanos, familiares y de su partido rebasan las de su antecesor, que ya era intolerable, con una diferencia, AMLO tiene la gran habilidad de engañar y manipular a sus feligreses y de hacer callar a los medios.
En estos tres años de gobierno los escandalosos actos de corrupción de la 4T han quedado olvidados y quienes denuncian son prácticamente, traidores a la patria.
Así pasó con los Pandora Papers, los videos de los hermanos de AMLO, Pío y Martín, la Línea 12 del Metro con Ebrard y Claudia Sheinbaum, en la Conade con Ana Gabriela Guevara o Esquer que acudía a abastecerse de bienes a las bodegas del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado, la corrupción de David Monreal como delegado en SAGARPA, las casas de Bartlett y los contratos a su hijo.
Todo sin excepción ha sido negado por el compañero Andrés, quien en cambio acusa a la “prensa maligna” y a sus adversarios de pretender descarrilarlo. Nunca ha reconocido, puesto en duda u ordenado una investigación, solo justifica o niega.
Manipulación, engaño y traición a sus feligreses.
Como diría Karl Marx, “la religión es el opio del pueblo”, frase que utilizó para describir cómo la clase en el poder utilizaba las creencias religiosas para controlar al pueblo, y AMLO lo sabe bien.