LIBRE EXPRESIÓN…
Por: Carlos Alberto Monge Montaño.
Cualquiera puede simpatizar con las penas de un amigo; simpatizar con sus éxitos requiere una naturaleza delicadísima”. Oscar Wilde (1854 – 1900) Escritor irlandés.
Al rendir protesta como gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla destacó su amistad con Eloy Vargas Arreola, quien formó parte de los gabinetes de Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy Rangel, las administraciones donde comenzó la deuda financiera y las malas decisiones que han provocado lo que ahora denominan la “crisis estructural”.
En política, indudablemente la forma es fondo. Durante su primer discurso al frente de la administración estatal, Ramírez Bedolla no se refirió al Poder Legislativo, ante el que rindió protesta, pero sí saludó a su amigo y exjefe, Vargas Arreola.
Todo comunica. Por ello y para ejemplificar, vale tener presente cómo con evidente alevosía y ventaja, no mencionó al entonces líder estatal de Morena, Raúl Morón Orozco, con quien es evidente el rompimiento, pero sí lo hizo con el dirigente del PRI, Eligio González; dejó en segundo término al enviado presidencial, mientras ponderó al presidente nacional de Morena, Mario Delgado. Dejó en claro sus prioridades.
Que Alfredo Ramírez haya destacado como su amigo a Eloy Vargas Arreola en su primer discurso como gobernador de Michoacán, no es asunto menor. La historia del ex secretario de Desarrollo Económico no es favorable.
A Vargas Arreola se le recuerda por la sospecha de corrupción que dejó en la desincorporación y entrega de predios en la Isla de la Palma y el Cayacal, así como en la compra de terrenos y construcción deficiente de casas en Angangueo y Tuxpan para apoyar a los afectados por la inundación de febrero de 2010, por citar un par de ejemplos. Y claro, como usted sabe estimado lector, en materia de rendición de cuentas, Michoacán está en pañales, por ello no hay mayores consecuencias ante las sospechas de corrupción que cargan infinidad de políticos y exfuncionarios de todos los niveles.
Mientras tanto, personajes que ahora engrosan las filas de Morena y son parte del gabinete o esperan algún nombramiento, critican y argumentan preocupación por la amistad que mantiene y presume el gobernador con Eloy Vargas, ante la posibilidad de que ejerza una jetatura que pueda desembocar en malas decisiones o nuevas sospechas de corrupción.
Una de las fortalezas de Alfredo Ramírez Bedolla, es que la candidatura le cayó prácticamente del cielo. Mucho se ha ponderado que no tenga mayores compromisos, lo que le tendría que permitir decisiones con un amplísimo margen de libertad, seguro por ello ha evitado la presencia de Morón y su gente, en el primer círculo del gabinete.
Así que esperemos que su amistad con Vargas Arreola y el agradecimiento por los apoyos que le haya conseguido durante la campaña, no se conviertan en más episodios de sospechas de corrupción.
Ramírez Bedolla deberá estar alerta, es su gobierno, es su legado, se supone que no tiene mayores compromisos, así que mal haría en repetir la historia.
Por lo pronto, voces al interior de Morena aseguran que Vargas Arreola está muy metido en los temas de dinero, que ejerce especial presión en el secretario de Finanzas, Luis Navarro García y hay quien advierte que encabeza las negociaciones de la posible reestructuración de la deuda a largo plazo, donde las sospechas de “comisiones” con el clásico todos ganan, abundan.
En fin, no resta más que darle el beneficio de la duda y desearle éxito al gobernador, al secretario de Finanzas y a todo el gabinete, para que hagan lo correcto. Administrar Michoacán es un enorme reto, pero también una oportunidad y honor únicos, así que sería terrible que cometan los mismos errores del pasado.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.