Por Teresa Da Cunha Lopes
Seamos claros sobre las consecuencias de la decisión de la Corte Suprema de Estados – Unidos sobre la política migratoria llamada “stay in Mexico” ( permanecer en México ) negociada entre la Presidencia de Trump y el gobierno de Lopez Obrador: a un solo juez federal de Texas designado por Trump se le permitió secuestrar la política exterior estadounidense, para obligar a la administración Biden a reiniciar un programa inactivo que podría decirse que es una violación de las leyes de EE. UU, de los principios generales, y del derecho internacional.
La Suprema Corte de Estados-Unidos (SCOTUS) se negó silenciosamente (un silencio que paradójicamente, tiene el sonido de la explosión de una bomba atómica jurídica) a bloquear la orden del juez de distrito Matthew Kacsmaryk de que la administración Biden restableciera la política de «Permanecer en México» de la administración Trump, también conocida como los «Protocolos de protección al migrante (MPP)».
Antes de que la política fuera suspendida hace meses, obligó a más de 71,000 inmigrantes y solicitantes de asilo a esperar en México mientras los jueces estadounidenses dictaban sus casos.
Como consecuencia, muchas personas que debían esperar en las ciudades fronterizas mexicanas y los campos de refugiados se convirtieron en blancos fáciles para los criminales y los cárteles. Por ejemplo, la organización “Rights First” contó al menos 1.544 informes públicos de asesinatos, violaciones y otros ataques cometidos contra personas mientras este programa estaba en curso.
Pero en un fallo breve y sin firmar, la mayoría conservadora de 6-3 de la Corte Suprema afirmó que la administración de Biden no hizo lo suficiente para justificar el cambio de política. El Departamento de Seguridad Nacional dijo que cumpliría con el fallo y reinstalaría el MPP mientras continúa impugnando la política en los tribunales.
Las negociaciones entre los funcionarios del Homeland Security (DHS) y el gobierno mexicano ya han comenzado. Esta es uno de los temas álgidos para el nuevo Secretario de Gobernación . Aquí reside el origen de las infelices ( para ser diplomática ) declaraciones de SEDENA.
Pero, el fallo de la Corte no es la primera (ni será la ultima) señal de una Corte que dejó de ser garantista y un referente jurisprudencial para transformarse en un instrumento político de la derecha populista. Es una Corte sobre la cual Roberts ha perdido el control. Durante la era Trump, la mayoría conservadora de l Suprema Corte detuvo regularmente los intentos de los tribunales inferiores de desafiar las políticas de inmigración xenófobas de Trump.
Su razonamiento en ese momento era que los tribunales deberían ceder al poder ejecutivo en cuestiones de política exterior. Evidentemente, para la Suprema Corte de Estados- Unidos eso solo es cierto cuando un republicano está sentado en la Casa Blanca. Esto es lo que pasa cuando una Suprema Corte se olvida del derecho y, opta por hacer política .
Esa es mi opinión. ¿Qué piensas?