LIBRE EXPRESIÓN…
Por: Carlos Alberto Monge Montaño.
“Si vuestra causa es buena, poneos de acuerdo, si es mala, litigad”. Jean Jacques Rousseau (1712 – 1778). Filósofo francés.
Finalmente, la elección a gobernador de Michoacán terminó muy cerrada entre Alfredo Ramírez Bedolla, candidato de Morena y Partido del Trabajo, y Carlos Herrera Tello de la alianza PRI, PAN y PRD.
Varias empresas encuestadoras y los propios candidatos y sus equipos de campaña, evidenciaron una vez más el lamentable, cuchareado y mentiroso uso de las encuestas para engañar a los votantes.
Como se los comenté el pasado 19 de mayo, el discurso y la conducta de los candidatos punteros señalaba que estaban empatados. Así fue.
La diferencia de 2.5 por ciento a favor de Alfredo Ramírez, con lo que ha cerrado el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), se queda en el margen de error de las encuestas, que suelen calificar como “empate técnico”.
Sin embargo y pese a que el Equipo por Michoacán ha anunciado que impugnarán la elección por las presuntas irregularidades que se presentaron durante el proceso y la jornada de votación, el objetivo de revertir el resultado se antoja bastante complicado, la diferencia supera los 40 mil votos.
Los dirigentes de los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática, han señalado que tienen elementos suficientes para evidenciar que personas armadas impidieron que sus representantes de casilla estuvieran presentes, sólo dejaron pasar a los de Morena.
Destacaron que participó el crimen organizado, que hay evidencias de robo y retención de urnas, boletas que fueron marcadas anticipadamente en favor del candidato Ramírez Bedolla, así como una votación atípica en casillas donde se alcanzó una presunta participación superior al 90 por ciento y prácticamente todo a favor de Morena.
La complicación es reunir los elementos que demuestren las irregularidades y que las casillas anuladas sean suficientes para revertir el resultado, porque a la par, insistieron en que no buscarán la anulación de toda la elección.
Veremos si es posible. Por lo pronto, la victoria definitiva de Alfredo Ramírez seguramente tendrá que esperar hasta finales de septiembre. A menos, que en los próximos días Carlos Herrera o el gobernador de Michoacán Silvano Aureoles, reconozcan la derrota. Para ello, se antoja necesaria alguna negociación al más alto nivel.
Entre los contrastes de la contienda electoral, destaca que la alianza de PRI, PAN y PRD, arrojó buenos resultados en los distritos federales y estatales. De los primeros ganó 8 y Morena 4, y de los segundos 15 por 9 del partido de López Obrador.
Son datos que obligan a bastantes análisis, en primera instancia se aprecia una votación cruzada o atípica. Y es que, si el voto hubiera sido lineal, Carlos Herrera tendría la ventaja.
Por otra parte, la participación ciudadana se quedó corta en Michoacán. No llegamos al 50 por ciento, no alcanzamos el 54 por ciento de hace 6 años, pese a que en las primeras horas se antojaba que sería una participación mayor.
La contienda electoral evidentemente se ha judicializado, así que los resultados definitivos en la gubernatura, algunos municipios y distritos que incluso llegarán al voto por voto y casilla por casilla, tendrán que esperar.
Ojalá que de inmediato, la mayoría de los ciudadanos le demos vuelta a la página, empecemos por evitar la polarización y en cambio, busquemos los puntos de equilibrio que nos permitan alcanzar mejores estándares de calidad de vida.
¿Cómo lo ve usted, estimado lector?
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.