Por: David X. Rueda
¿Dónde está la fortuna de la máxima casa de estudios de Michoacán?
En días recientes, quienes trabajamos para la Universidad Michoacana y otras instituciones educativas en la Entidad, hemos sido especialmente beneficiados con la vacuna anti covid-19. La marca y dosis realmente no importa, hemos sido beneficiados aún sin estar en la primera línea de ataque a la pandemia, no somos sector salud ni de seguridad ni de servicios al público en general y ya somos parte del 10% de los afortunados mexicanos que han recibido el tan anhelado medicamento.
La fortuna de ser parte de la universidad no solo nos ha llevado a estar, todavía, exigiendo lo que se adeuda por parte del Gobierno del Estado, para el finiquito del aguinaldo, sino también en continuar haciendo teletrabajo en la gran mayoría de las actividades universitarias. Sí, aportando de nuestros recursos para trabajar, pero afortunadamente bajo condiciones de aislamiento social y por lo tanto de protección en esta terrible pandemia.
La fortuna de la Universidad Michoacana no solo la comparte con sus trabajadores, como lo mencioné líneas arriba, sino también con quienes la rodean como los proveedores diversos que tiene y aunque la Universidad se ha visto “empujada” hacía una situación crítica (económicamente), hay que recordar lo que ha ocurrido en otros Estados cuando la Universidad reacciona a los “empujones”, como el caso Veracruz.
La Universidad Michoacana no sólo es un maestro manifestándose con una cartulina en una plaza pública, somos miles de maestros interconectados que diariamente trabajamos con más de 50 mil jóvenes, afortunadamente para el Gobierno del Estado.