Por Tereza Da Cunha Lopes
Es evidente que reconstruir el Estado para prepáralo para la era post COVID pasa por el éxito del programa de vacunas eficaces que tiene que ser un proceso de vacunación equitativo. Pero, pasa también por mantener medidas preventivas, como el uso obligatorio de cubrebocas en espacios públicos y de trabajo.
El gobierno que emergerá de los comicios de junio tendrá que mantener presente esta dinámica, mientras intenta «reconstruir mejor» y fortalecer la reapertura económica de sectores vitales como el turismo y de un regreso paulatino a clases presenciales.
No nos engañemos, los problemas de la reapertura, una exitosa salida de la crisis generada por la pandemia, son mucho más complejos y multidimensionales que, por ejemplo, poner a un hombre en la Luna. Aun que demandan lo mismo: una gobernanza estratégica eficaz, multidireccional y creadora de sinergias entre diversos sectores políticos, económicos, científico- tecnológicos.
En lo referido a preparar la era pospandemia, las promesas de los diversos candidatos están alejadas de lo concreto y, más que un regreso a la normalidad serán un freno para una real reconstrucción post Covid. Sus programas son genéricos, de otra era, sin análisis de los datos duros, sin creatividad de soluciones . Más, con excepción de Cristóbal y de Herrera , los candidatos parecen no conocer ni siquiera el Estado. Algunos , hacen de la campaña una “escuelita” en que están jugando a aprender a ser políticos y , estudiar para un test de geografía de los 113 municipios. Tal vez (algunos de ustedes lo estarán pensando) , todo esto podría ser minimizado se tuviéramos la prueba de que la mentalidad, bajo la cual trabajan como candidatos se adecua al siglo XXI, a un estado democrático de derecho y, a un conocimiento de las estructuras de gobernanza. Infelizmente, lejos de eso. Y, eso es una receta para el fracaso.
Tal, porque para reformular mejor la economía es necesario no sólo un cambio de mentalidad sino también un nuevo contrato social que promueva la creación de valor por sobre la extracción de ganancias; que socialice las recompensas así como los riesgos; y que invierta en el bien común, en vez de empresas o sectores específicos.
El gobierno que saldrá del ejercicio democrático de junio tiene por delante la tarea de aportar liderazgo a las misiones que definirán las décadas futuras para todos los michoacanos y michoacanas , empezando por el combate al cambio climático, a la deserción escolar , al deficiente e inequitativo acceso a la salud, a la corrupción en todos los niveles del aparato gubernamental , a la ineficiencia de los cuerpos de seguridad del estado. También, tendrá que asumir los costos de recuperación de territorios que están en manos del crimen organizado .
Hoy, por hoy necesitamos no sólo de soluciones concretas, sino que también estas tienen que estar enmarcada en una visión ambiciosa del estado de Michoacán. Hoy, para reconstruir el estado y prepararlo para la era del post Covid, esa clase de liderazgo visionario no es una opción, es una necesidad..
Hace unos años , en el cuadro de otra campaña escribí una columna de opinión a que llamé «Los Estados como laboratorio de la democracia». Hoy es necesario regresar a este concepto. Necesitamos, para lidiar con lo que resta de la era de la Covid y proyectar las vías para la post Covid, una dirección jerárquica para catalizar la innovación y la inversión en toda la economía, pero también consensos transversales entre gobierno, sector educativo, sociedad civil organizada e iniciativa privada. Y en esto, los estados, en particular Michoacán, pueden servir de modelo, de ejemplos de liderazgo gubernamental, audacia en los contratos de interés público y dinamismo del sector público.