A la 4T se le olvidó comprar el gas y a Bartlett se le cayó el sistema

Código Alpha/Santiago Núñez

Al día de hoy es por todos bien conocido que el clima extremo que se está registrando en el norte de México y sur de Estados Unidos; mismo que es derivado de las condiciones climatológicas atípicas propias del calentamiento global, está trayendo graves afectaciones para el suministro eléctrico en la zona transfronteriza.

Es muy responsable y objetivo señalar que en gran medida las afectaciones se deben debido a que la infraestructura mediante la cual se distribuye el gas natural en esta franja binacional, no se encuentra preparada para temperaturas que en condiciones normales no se esperan en dicha zona. Sin embargo lo anterior no exime de responsabilidad al gobierno federal mexicano quien debido a una falta de visión estratégica en materia de su política energética, nula inversión en instalaciones para efectos de contar con reservas estratégicas de gas natural y peor aún un marco normativo que el día de hoy nos encadena a seguir manejando nuestra política energética como en 1970.

Pudiéramos decir de manera jocosa justo como se ha titulado esta columna: que Andrés Manuel se olvidó de encargar el gas necesario para operar las plantas de generación de electricidad que surten al corazón industrial que representa el norte de México. También es cierto, podemos afirmar que esta crisis se deriva de dificilísimas condiciones climáticas que nunca antes habían visto en el norte de México y que nos dejan ver un poco de cuáles van a ser los grandes desafíos en materia de protección civil, económicos, logísticos y en general el panorama al cual tendremos que hacerle frente en las siguientes administraciones y como especie, el calentamiento global y el cambio climático han llegado para quedarse y sin duda alguna van a representar la siguiente gran crisis que esta generación va a tener que afrontar.

Sin embargo volviendo al tema energético, el cual sin duda alguna es un factor que incide de manera directa en la seguridad nacional; debemos señalar que hoy el gobierno federal está enfocando miles de millones de pesos para infraestructura que se sigue basando únicamente en el petróleo crudo y su transformación. Hoy el presidente de la República insiste en seguir viviendo anclado en 1970 sin entender que la era del petróleo poco a poco está llegando a su fin, hoy el presidente de la República y su gabinete en materia energética no han entendido que el gas natural representa en estos momentos la alternativa más eficiente para la generación de energía eléctrica a gran escala.

Mientras el potencial de extracción y de almacenamiento de gas natural en México, específicamente en zonas estratégicas como lo es la cuenca de Burgos, se encuentra sub utilizado debido a la falta de interés en la política energética mexicana y su ulterior falta de instalaciones estratégicas para contar con reservas de gas natural que impidan lo que suceda lo que el día de hoy vivimos, el gobierno de la República insiste en invertir decenas de miles de millones de pesos en una refinería que más parece una especie de Taj Mahal tabasqueño, que una obra de infraestructura que se fundamenta en el presupuesto basado en resultados, visión transexenal y sobre todo un componente de seguridad nacional muy importante.

En la era del hidrógeno, las energías renovables y los nuevos marcos legales que le dan flexibilidad a las grandes potencias en materia energética; hoy en México la Comisión Federal de Electricidad se encuentra atada de manos debido a los decretos, reformas y caprichos que vienen desde palacio nacional que incentivan la compra millonaria de carbón para la generación de energía eléctrica, la inversión de miles de millones de pesos en una refinería, cuando lo más barato sería asociarnos de manera estratégica con aquellas empresas privadas que ya operan dicha infraestructura en el sur de Estados Unidos y transformar así el petróleo crudo en las gasolinas que este país necesita para moverse.

Andrés Manuel hizo del discurso nacionalista su gran estrategia electoral; sintiéndose una especie de Lázaro Cárdenas del siglo XXI prometió que el petróleo volvería a ser de los mexicanos. Sin embargo al parecer alguien no le avisó que la era del petróleo está terminando y que no puede haber gobernabilidad ni mucho menos gobernanza en un país que no puede siquiera garantizar tener la luz prendida para impulsar el desarrollo de México.

Este país necesita un marco legal moderno, eficiente y con visión transexenal en materia energética; dejando atrás nacionalismos fatuos y discursos propios de 1930. Este país necesita cambiar el modelo de la CFE, generar incentivos fiscales para que los particulares puedan invertir en energías renovables y en general dejar de aferrarse a esa idea de qué el sueño petrolero va a ser la bonanza eterna que en algún momento creímos que fue. 

Sergio Santiago Núñez Galindo

Abogado y consultor.

Candidato a especialista en seguridad nacional.

santiagonunez@alphaconsultores.com.mx

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