Por: Maritza Carranza
Hoy en día, la violencia continúa siendo uno de los principales obstáculos para el ejercicio de los derechos políticos de las mujeres en Michoacán y en todo el país.
El aumento de la participación y representación política de la mujer, ha estado acompañado por un incremento de la violencia en su contra, ya que el camino al reconocimiento siempre está acompañado de descalificaciones, ataques y maltratos.
En México, la Ley General en Materia de Delitos Electorales no tipifica la violencia política de género por lo que no ha sido tarea fácil para las autoridades electorales perseguirla y sancionarla.
Aquí es donde las mujeres juegan un papel sumamente importante al ser: las que observen, vigilen y denuncien dentro del proceso electoral alguna violación a sus derechos políticos.
La participación de la mujer en la política es necesaria y habla de un verdadero equilibrio a la hora de ejercer el poder.
Como ejemplo de mujeres que han logrado trascender están: Margaret Thatcher quien llegó a ser Primera Ministra del Reino Unido, Condoleezza Rice y Hillary Clinton Secretarias de Estado en la primera potencia militar del mundo y ahora esta última excandidata del partido demócrata en EEUU, pero quien hizo historia este año, sin lugar a dudas por ser la primera mujer de raza mixta –de origen negro y asiático- en ser elegida para ocupar la vicepresidencia de Estados Unidos, Kamala Harris.
Hablando en un ámbito más cercano, es triste poder ver como el papel de la mujer dentro de las contiendas políticas en Michoacán se ve severamente afectado por la falta de participación que tiene en el ámbito, y es que no sólo es una lucha campal por la búsqueda del reconociendo de sus derechos políticos también por ser tomadas en cuenta para lograr acceder a puestos de elección popular pero sobre todo para lograr permitirles ser parte de la toma de decisiones.
Quienes ejercen el poder dentro de los partidos políticos son los principales violentadores y es que muchos políticos utilizan su condición para humillar, hostigar, lacerar y atentar contra la integridad de aquella mujer que no esté dentro su grupo.
Hoy el papel de la mujer ha tomado tanta fuerza que no será utilizado más como un accesorio para acompañar a un político, sino como una parte esencial para lograr una verdadera democracia en el estado.
Ellas son la fuerza y el motor para sacar a Michoacán adelante… con ellas todo, sin ellas nada.