Por: Rafael García Tinajero Pérez
La crisis ocasionada por la pandemia COVID-19 ha puesto los reflectores sobre la debilidad histórica de nuestro Sistema Nacional de Salud.
México dedica apenas el 2.8% del PIB al gasto público a salud ( 40% de lo que Gastan en promedio los países de la OCDE) por lo que existe la inminente necesidad de aumentar el presupuesto público etiquetado para la salud en el país.
En septiembre el Ejecutivo Federal presentó el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2021 el cual fue dictaminado prácticamente sin cambios y prácticamente sin ser discutido, aprobado por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión durante las pasadas horas.
El PPEF 2021 propone un aumento general de 1.8% en gasto en salud (equivalente a $12 mil mdp) con respecto al PEF aprobado en 2020. Si bien es importante este aumento dentro del contexto de disminuciones en diferentes rubros del gasto público para el año siguiente, preocupa que sea marginal ante la amplia brecha de gasto en salud que separa a nuestro país de aquellos con un nivel económico similar al nuestro, somos junto con Turquía los países de OCDE que menos recursos públicos destinan a salud y en los que predomina, como porcentaje del PIB, el gasto privado de bolsillo sobre el público. De aprobarse el presupuesto tal como lo ha planteado el ejecutivo federal y dictaminado la comisión de presupuesto y cuenta pública, en 2021 el nivel de gasto en salud seguiría por debajo del máximo alcanzado en los últimos años, 2% menos que el registrado en 2015 año a partir del cual, después de una curva levemente ascendente, dada por la puesta en marcha del Seguro Popular, se inicia un periodo de desfinanciamiento en el sector tanto en términos absolutos como relativos. El gasto público ha estado por debajo de las recomendaciones internacionales y de las estimaciones con bases epidemiológicas y demográficas.
La baja prioridad presupuestaria al sector salud, se refleja en el bajo porcentaje del PIB que se destina a este rubro, que durante diez años no ha logrado superar la banda de 2.5% a 2.9% , el gobierno actual ha mantenido esta tendencia inercial tanto en el PEF de 2020 como en el PPEF 2021.
Así mismo destaca que se mantiene la ausencia de una formulación presupuestaria basada en la población que se espera atender y sus perfiles demográfico y epidemiológico . Si bien, la población afiliada a los diferentes subsistemas de salud se ha incrementado año con año y enfrentamos una transición demográfica y epidemiológica y ahora una pandemia que ejerce gran presión sobre nuestro sistema de salud, el presupuesto no ha aumentado al mismo ritmo, incluso, en algunos subsistemas, se ha reducido. Esto ha conducido a un gasto per cápita en contracción, lo que determinará que habrá menos recursos disponibles para la salud de cada persona.
Se sigue manteniendo inercialmente la tendencia a la desigualdad en la asignación de recursos recursos, que causa diferencias en los servicios de salud a los que tiene acceso cada persona dependiendo de la entidad federativa en la que habita, el orden de gobierno que atiende sus necesidades de salud y que esté vinculada a alguna institución de Seguridad Social o carezca de ésta . Por ejemplo, las personas adscritas al programa IMSS Bienestar tienen diez veces menos recursos de los que tiene una persona con acceso a los servicios médicos de Pemex y cuatro veces menos de los que tiene un derechohabiente del régimen ordinario del IMSS.
Es importante precisar que en el PPEF 2021 se plantea que algunas instituciones ganen y otras pierdan.
Para 2021, el aumento del presupuesto para la Secretaría de Salud (SSA) será de 9.1%, 2.3% para el FASSA y 35.5% en los servicios de salud para trabajadores de PEMEX. Por su parte, el resto de las instituciones públicas de atención a la salud tendrían una disminución en su presupuesto pues a pesar de que IMSS e ISSSTE tendrían un aumento global de sus presupuestos en 5,7% y 3.3% respectivamente, el seguro de enfermedades generales y maternidad se reduce 1.5% para el IMSS y en 1.8% el del seguro de salud del ISSSTE, al igual que lo destinado a salud en las fuerzas armadas, 6.5% en SEDENA y 8.6% en SEMAR.
El presupuesto destinado a los subsistemas de salud que atenderían a la población sin seguridad social no está alineado en términos presupuestarios con la reciente creación del INSABI. En el PPEF 2020 no se propusieron recursos adicionales que cubrieran el impacto presupuestario de esta nueva institución Y en el PPEF 2021 ,a pesar de que el gobierno federal ha planteado dentro de sus metas avanzar hacia el acceso universal al derecho a la salud, de ahí la creación del INSABI , dentro del presupuesto proyectado para la SSA el correspondiente específicamente al INSABI disminuirá 11%, respecto al Seguro Popular ( su programa antecedente) de aprobarse el paquete económico presentado, lo cual es negativo para la población con atención abierta en el país. De hecho, el presupuesto para 2021 del INSABI sería 27% más bajo que el del Seguro Popular durante 2014 año a partir del cual fue disminuyendo paulatinamente el presupuesto de este último.
En ningún caso debería plantearse la disminución presupuestal para el año siguiente, y resulta un absurdo que , en un momento en que enfrentamos un fenómeno extraordinario en materia sanitaria, la pandemia por COVID- 19, no exista una línea en el PPEF que determine la asignación de recursos específicamente para este fin como sería, por ejemplo, un aumento sustancial en las asignaciones para vacunación ya que es previsible que exista una vacuna disponible el próximo año y ya existen proyecciones sobre su probable costo.
Análisis recientes muestran diferencias importantes entre la tasa de letalidad de quienes han sido hospitalizados por COVID-19, en relación con las diferentes instituciones de atención. Mientras que fallecen 45% de aquellos atendidos en el IMSS, sólo sucede con 16% de quienes acudieron a algún hospital privado. De hecho, el acceso a la atención de salud en México presenta fuertes inequidades, dada su estratificación en subsistemas con gastos por persona sumamente diferentes. Aunque sólo 4 de cada 10 personas en México es derechohabiente de algún sistema de Seguridad Social, el presupuesto dedicado a su atención equivale a 63% del total del gasto público en salud en el país.
Los integrantes de la Cámara de Diputados del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, estaban obligados a aumentar el presupuesto total en el sector salud en general, así como todos sus subsistemas , buscando cerrar las brechas históricas que determinan un bajo nivel de inversión pública en salud ; así como la asignación desigual de recursos entre entidades federativas, órdenes de gobierno y sistemas de aseguramiento y dotar de recursos adicionales al sector para para hacer frente a las necesidades extraordinarias determinadas por la pandemia por COVID 19, en materia de infraestructura, recursos humanos, medicamentos, insumos y equipamiento.
El presupuesto en salud para el 2021 es en esencia, respecto al del 2020 más de lo mismo.