Por: Hugo Gama
Previo al inicio de la Guerra de Independencia, el sistema de impartición de justicia en la Nueva España se encontraba regulado por legislación directa o indirecta de origen peninsular, sin embargo, el primer antecedente endémico sobre justicia nace de la mano del Generalísimo José María Morelos.
Bajo la influencia francesa, Morelos, hombre ilustrado, redacta los Sentimientos de la Nación, documento fuente o base para el Congreso de Anáhuac y de la Constitución de Apatzingán; el Congreso tuvo procedimientos parlamentarios bajo un Reglamento, el cual de igual manera contenía el espíritu del documento redactado por Morelos.
Los Sentimientos establecen la división de poderes en su numeral “6º Que los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial estén divididos en los cuerpos compatibles para ejercerlos.” El objeto de la división y los órganos compatibles, permitiría que el ejercicio del poder público evitara la centralización y provocaría que la impartición de justicia se aplicara por quienes tendrían las aptitudes y conocimientos para hacerlo.
En el mismo documento se establecen las “penas” para los infractores: “17º Que a cada uno se le guarden sus propiedades, y respete en su Casa como en un asilo sagrado, señalando penas a los infractores.” En dicha disposición se logra observar el reconocimiento del derecho de la propiedad privada, así como la posibilidad de hacer justicia en caso de su afectación.
La propiedad privada en el estudio del Derecho, es uno de los motivos que da paso al Estado, toda vez que la propiedad ocasiona conflictos entre las personas, por consecuencia la necesidad de establecer reglas jurídicas de reconocimiento de derechos, de convivencia y de justicia en caso de afectación, reflexiones de los teóricos post medievales y que son influencia para los franceses.
Es entonces en los Sentimientos de la Nación donde encontramos el primer antecedente propio de lo justiciable, del reconocimiento al bien jurídico que da paso a la aplicación de sanciones en el supuesto de su vulneración, situación que sería del conocimiento del cuerpo compatible y capaz de impartir justicia.
