Con Descartes
La construcción del Estado Mexicano tuvo que pasar por dos guerras, una revolución y cientos de movilizaciones para alcanzar la forma de gobierno que se pensó y desarrolló desde la época de Atenas, tomando la concepción moderna durante la guerra de las 13 colonias y de la revolución francesa.
Siglos de pensamiento, siglos de batallas, todas que de alguna manera han impactado en las constituciones del mundo buscando estados ordenados, democráticos y republicanos. Hoy todo eso murió en México, 6 ministros de la Corte se sometieron al titular del Poder Ejecutivo Federal.
En 2018, Andrés Manuel López Obrador no solamente ganó el Poder Ejecutivo, de igual manera, ganó las cámaras del Poder Legislativo, apoderándose con ello de dos poderes en un solo acto. A Andrés le faltaba solamente apoderarse del Poder Judicial de la Federación y ayer lo logró.
Con una propuesta de Consulta para “enjuiciar” a los ex presidentes, la Corte hizo constitucional lo inconstitucional; el no tema no es un asunto de justicia, si se buscase eso simplemente se hubieran denunciados los hechos delictivos y listo; pero esto se trata estrictamente de un asunto político electoral que forma parte de una estrategia de Obrador para continuar manejando el Congreso de la Unión y apoderarse de gubernaturas y congresos Locales, es decir, ampliar su poder.
La Corte ayer se puso de tapete, desaparecieron el único reducto de la división de poderes, controles constitucionales y equilibrios en el ejercicio del poder que aún existía. Obrador a partir de esta fecha, es absoluto, es todo poderoso, nada ni nadie lo podrá cuestionar, su voluntad es la máxima norma, tiene poderes supraconstitucionales, él es la Constitución.
Así, damos paso a la extinción de nuestra forma de gobierno, y damos la bienvenida al regreso a lo que llamó Vargas Llosa como “la dictadura perfecta”; adiós a la democracia, adiós a la división de poderes, adiós a los derechos y libertades, hoy solo hay una ley, y es la del presidente absoluto.
Nota: Tan inconstitucional es el planteamiento de Obrador que, haciendo una analogía, es como si se preguntara a la población si consideran que se debe enjuiciar a violadores, secuestradores o feminicidas. Lo absurdo de lo absurdo.